Zorglub 3: Lady Z

Zorglub es un villano que apareció en los cómics de Spirou y Fantasio. Es un científico alocado que solo piensa en él mismo. Este es el tercer tomo de la serie, tras La hija de Z y El aprendiz de malo, pero son historias independientes, por lo que el lector no va a encontrar ningún problema. Un poquito de historia. En 2017 se anunció una colección independiente y muy rica cuyo protagonista sería absolutamente Zorglub. El encargado de esto era el murciano José Luis Munuera.

En este tomo, Zorglub ha creado una máquina para clonar personas. Un millonario ruso, el señor Kostrachov, quiere tener su propio clon de Elvis. Zorglub, para ello, necesita el ADN y quiere robar un fragmento del cuerpo que está en el Sarcófago, lugar donde está enterrado el cantante. Pero el clon no es eterno y Zorglub tendrá al ruso como enemigo principal, el cual intentará acabar con él poniéndole precio a su cabeza. Además, Zorglub va creando muchos clones de sí mismo, cada uno con una faceta de su personalidad, hasta que aparece una mujer: Lady Z, que representa el lado femenino del villano. La hija de Zorglub, Zandra, también estará muy presente, aunque sin llevarse el protagonismo. Una trama llena de aventuras, de amor y de traiciones con un final poco esperado y épico. También es una trama que mezcla perfectamente tonos de thriller, con ciencia ficción y drama.

Mientras que Zorglub representa la locura, el caos y el egocentrismo, Zandra es la cordura, la paz y la estabilidad. Y hay un gran secreto detrás de esta. Lady Z es un personaje que me ha encantado. Nace ya adulta y con una personalidad propia: es calculadora, lo tiene todo planeado y no se rinde fácilmente.

El guión es una historia muy rápida, trepidante y sin descanso con muchas escenas locas y de acción pero que al mismo tiempo hace que reflexionemos o pensemos. También este cómic pone en la mesa los límites de la investigación y su relación con la ética: "la ética nunca debe poner cortapistas a la ciencia". Un debate que aún está muy presente en nuestros tiempos. Y, por supuesto, una historia con un buen toque humorístico, pues en él se hacen parodias de Los Pitufos o de Juego de tronos que hacen reír.

En cuanto al apartado artístico, encontramos un dibujo muy definido y muy detallado. Los escenarios, el fondo, sin embargo aparecen a veces casi como bocetos, con pocos detalles, pero queda bien, porque realmente no es importante esto. Las viñetas también siguen un formato tradicional y tendremos dos páginas desplegables. Tened cuidado con estas al abrirlas (a mi me costaron trabajo). El color ha estado bajo la mano de Sedyas. Tenemos una paleta con tonos claros y suaves, no muy llamativos y visualmente atractivos. Un empleo del color y las tonalidades perfecto.

Por último, la edición de Dibbuks está muy bien cuidada, como siempre. Con un formato en tapa dura y una portada muy llamativa, la calidad del papel y de la impresión son excelentes. En esta ocasión, no contaremos con contenido extra.

En conclusión, una historia trepidante llena de aventuras, thriller, ciencia ficción y drama, también con una pizca de amor y muchísima locura. Un cómic con toques de humor y que nos hace reflexionar sobre cuestiones como la ciencia y la ética. Unos personajes muy bien construidos, muy en la línea de Franquin, con un dibujo muy detallado y una paleta de colores cálidos perfecta. Una historia muy recomendada para disfrutar todos los días.
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