La maestra de las flores

La esencia del alma que fluye en cada gesto y deja huella es lo que permite a las almas reconocerse a través del tiempo, incluso aunque habiten otros cuerpos.

El tiempo no existe; el tiempo lo creamos nosotros con cada recuerdo que formamos en la vida. Por eso debemos aprovechar cada instante para hacer nuevos recuerdos.

(…) el amor no precisaba armaduras ni esgrimir espadas para conquistar un corazón; pero, una vez conquistado, lo defendía sin piedad contra cualquier otro sentimiento que quisiese ocupar su lugar. En eso consistía la ceguera del amor.

(…) Eres hermosa; pero también real. Tan real que a veces me da miedo, y me pregunto si sueño cuando te tengo cerca. (…).

—Olvida el odio que te ha consumido durante tanto tiempo, mi niña, y ama. Ama mucho, para ser también amada. Recuérdalo: el amor es el hechizo más poderoso de todos.

—Siempre te he buscado. —No cuestionó de dónde habían surgido las palabras. Sabía que eran ciertas—. Siempre.

«Estar entre sus brazos debe ser como entrar en el interior del capullo de una flor», pensó.
Y ella amaba las flores.

Eres una parte de mi alma, Abigail, y siempre estaré incompleto sin ti.

Cuando se cruzan dos almas destinadas a estar juntas, no importarán los obstáculos que sobrevengan, porque están ligadas para siempre.

El amor es el hechizo más poderoso de todos