Violencia

Un libro de poemas en el que el lenguaje y la palabra son fundamentales para transformar la realidad, y además, para hablarnos de la violencia, como el título nos indica, señalando que la violencia ejercida debido al maltrato físico hay que tratarla, conocerla y recordarla.

Sin embargo, hay que saber hacerlo muy bien para que no se convierta en incomprensión, y aquí tenemos un excelente y potente poemario donde nos sumergirnos en una dolorosa exploración sobre este estigma que debe salir a la luz para poder cicatrizar.

En primera persona, la autora nos conduce por esa violencia de género y el abuso a través del poder del lenguaje que nos evidencia todo el poemario, además de conseguir un debate interior que sentimos como golpes, como heridas que denuncian para tomar consciencia y rebelarnos.

Profundidad, cultura y poder del lenguaje es lo que pone de manifiesto este libro de poemas y como dice la propia autora, “decir algo es hacer algo” ya que escribir también es una forma de actuar.

Utiliza la poesía como reacción y como revolución, y con el poder del lenguaje que representa tanto la obediencia como la lucha y la liberación, lo hace presente.

Verbalizar todo lo que ocurre en este caso, que lo oculto se abra, salga hacia afuera, está claro que consiste en llevarnos hacia el cambio y hacia la transformación. Una excelente pretensión que nos envuelve.

Nos enseña la incertidumbre pero nos sirve para denunciar y estimular la reflexión y esto es lo que nunca dejamos de hacer al leer cada verso del poemario.

Duro, muy duro, no se deja intimidar para producir esa franca denuncia hacia una sociedad que permite que los malos tratos sigan, e incluso, siendo visibles, no los ataque.

Y lo que sucede es que encontramos una apropiación del lenguaje, que es una gran herramienta con la que busca abrir fisuras y generar también violencia, porque las hay, y muchísimas veces, han jugado en nuestra contra.

Con todo ello, lo que leemos nos seduce, nos marca, nos acerca a este abismo en el que además, consigue, perfectamente, unir todo lo que es violento en el lenguaje a una poética estética del decir, que se hace con lirismo, para que llegue a cicatrizar y nos ilumine.

Supone, por tanto, una herramienta de doble filo , ya que explora la agresión tanto física como psicológica en la mujer, pero además, en el propio lenguaje, lo que es , sin lugar a dudas, muy original e impactante, como he intentado explicar.

Y es que para Bibiana Collado es a través de la poesía la forma idónea que permite acercarnos a todo aquello que es difícil decir y donde las palabras son insuficientes, y nos explica, que la poesía puede abrir la significación y puede convertirse en la forma ideal para señalar las heridas.

El poemario está estructurado en cuatro apartados y cada uno de ellos introducidos por el verbo decir, como vemos seguidamente: 1. Decir víctima. 2. Decir veneno. 3. Decir golpe. 4. Decir roto.

En todos ellos se focaliza la atención en aquella palabra y sus significaciones que nos ha presentado, porque decir y hablar de lo propuesto tiene consecuencias.

Además también es muy importante encontrar el verbo decir que se repite para poder decir la violencia sin banalizarla y para ello lo que se intenta es tratar sobre el tema de cómo decir. Una muestra más de que todo está pensado y muy bien pensado.

Además, el libro y todos los poemas que aparecen, de lo que dan cuenta es realmente, sobre el gran tema oculto, un tema tabú , ya que la violencia de género lo es, pero también es necesario visualizarlo y enfrentarnos a ello abriendo puertas y ventanas.

Y aquí queda patente, está muy bien tratado, muy bien explicado y ha sido, aunque duro, un placer leerlo. Y les animo a que si pueden, no dejen de leerlo.