Ciudad del fuego celestial (Cazadores de sombras 6)

Los Herondale. Casi lo había olvidado. Ninguna otra familia hace tanto por amor, o siente tanta culpa por ello. No cargues con todo el peso del mundo, Jace. Es demasiado pesado hasta para un Herondale.

Somos todos los fragmentos de lo que recordamos. Tenemos en nuestro interior las esperanzas y los temores de aquellos que nos aman. Mientras haya amor y memoria, no existe la auténtica pérdida.

-Algún día habrá un tapiz sobre ti- dijo Jules.
Emma lo miró.
-Tienes que hacer algo muy importante para que hagan un tapiz sobre ti. Como ganar una guerra.
-Tú podrías ganar una guerra- afirmó él con toda seguridad.

Hay cosas que queremos mas allá de lo que sabemos, mas allá de lo que sentimos. Hay cosas que nuestra alma quiere, y la mía te quiere a ti.

No sabría decir exactamente el momento en que se enamoró de Jace, pero siempre había habido algo en él que le recordaba a un león, a un animal salvaje libre de toda atadura, la promesa de una vida de libertad. Nunca «no puedo», sino siempre al contrario: «puedo». Siempre el riesgo y la certeza, nunca el miedo y la duda.

Nosotros, los cazadores de sombras, nos ponemos en peligro a todas horas, todos los días. Creo que a veces somos temerarios con nuestro corazón del mismo modo que lo somos con nuestra vida. Lo entregamos, lo damos por completo. Y si no conseguimos lo que necesitamos tan desesperadamente, ¿cómo vivimos?

Quizá él no entienda a los humanos, y no digo que no lo haga, pero entiende la maldad, la traición y el egoísmo, y eso es algo que afecta a todo lo que tiene mente y un corazón.

Siempre se había considerado una persona valiente. Se necesitaba coraje para vivir una vida inmortal y no cerrar el corazón y la mente a experiencias o gente nueva. Porque lo que era nuevo casi siempre era temporal. Y lo que era temporal te rompía el corazón.

Hay recuerdos que el tiempo no borra. (...) La eternidad no hace que se olvide lo que has perdido, sólo que soportes la pérdida.

Ocultar la verdad nunca funciona. Cuando vives lo suficiente, lo ves con toda claridad.