Somos todos los fragmentos de lo que recordamos. Tenemos en nuestro interior las esperanzas y los temores de aquellos que nos aman. Mientras haya amor y memoria, no existe la auténtica pérdida.
|
Somos todos los fragmentos de lo que recordamos. Tenemos en nuestro interior las esperanzas y los temores de aquellos que nos aman. Mientras haya amor y memoria, no existe la auténtica pérdida.
|
-Las espadas, cuando se rompen y se arreglan, pueden ser más fuertes en los puntos reparados -dijo Jace-. Quizá pase lo mismo con los corazones.
|
-Nunca has contestado ni a las llamadas ni a los mensajes -le recordó Alec. -Eso no te ha detenido antes. -Todo el mundo se detiene, al final -replicó Alec-. Además, Jace me ha roto el móvil. |
"Las espadas, cuando se rompen y se arreglan, pueden ser más fuertes en los puntos reparados. Quizá pase lo mismo con los corazones".
|
Los héroes no son los que siempre ganan. Ellos son los que pierden, a veces. Pero ellos siguen luchando, ellos vuelven por más. No se rinden. Eso es lo que los hace héroes.
|
Decían que era mejor conocer a tu enemigo pero ¿cómo podría ayudarte saber que la única debilidad de tu enemigo es también la tuya?
|
Si no se puede alcanzar el cielo, levantaré el infierno.
|
Y nosotros los nephilims tendemos a amar de una manera muy abrumadora. Enamorarnos una sola vez, para morir de dolor por el amor. Mi antiguo tutor solía decir que los corazones de los cazadores de sombras eran como los de los ángeles: Sentían cada dolor humano, pero nunca sanaban.
|
-Nada de matar -dijo Jordan- Estamos intentando hacerte sentir en paz. Sangre, matar, guerra, todas esas cosas no son pacíficas. ¿No hay nada más que te guste? -Armas. -dijo Jace- Me gustan las armas. -Estoy empezando a pensar que tenemos una problemática cuestión de filosofía personal aquí. |
Los héroes no son siempre los que ganan. A veces, son los que pierden. Pero siguen luchando, y siguen aguantando. No se rinden. Eso es lo que los convierte en héroes.
|
Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.