El cuerpo es un templo. El mío, el tuyo. Templos con estructuras más anchas o más estrechas, más altos o más pequeños.
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El cuerpo es un templo. El mío, el tuyo. Templos con estructuras más anchas o más estrechas, más altos o más pequeños.
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Probar a ser mil yoes y escoger finalmente a uno; al de verdad.
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Y es entonces cuando comprendo que la vida te ofrece dos cosas: morir ahogada por el quiero o vivir empujada por el puedo.
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El orgullo y la fortaleza que aparenta Diana se resque- brajan en menos de un segundo y deja ver qué hay en su interior. Dolor. Nostalgia. Rabia. Saudade. Me levanto, la abrazo. Emily se une. Y durante no sé cuánto tiempo permanecemos fusionadas. Lo que parecía imposible resulta que es tangible. Que sí, que se puede, que volvemos a estar, que volvemos a ser. No unas zorras. Ni tampoco malas. Volvemos a ser libres.
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¿Quién escribió la saga?