La vida es absurda. La muerte no lo es menos.
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La vida es absurda. La muerte no lo es menos.
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Por muy alto que suban las escaleras que construyen nuestros sueños, al final siempre se derrumban ante el peso de la realidad.
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Asimismo, es cierto que, debido a mi predisposición natural a la ociosidad, sumada a mi incapacidad para cualquier actividad productiva, espero siempre una recompensa desproporcionada ante el más mínimo esfuerzo que la vida me requiera.
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La ambientación es brutal a la hora de suspender la incredulidad.
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¿Cuál fue la primera obra escrita en verso en lengua castellana?