Las malas

No somos criaturas de luz, somos animales de sombra, de movimientos furtivos y reverberaciones tenues, como son tenues nuestras resistencias. La luz nos delata, nos expulsa.

Sin las prostitutas, este mundo se hundiría en la negritud del universo.

El mundo es una vidriera. Nos prostituimos para comprar en cuotas todo lo que ofrecen sus escaparates.

En esa casa travesti, la dulzura puede hacer todavía que la muerte se amedrente. En esa casa, hasta la muerte puede ser bella.

Las travestis trepan cada noche desde ese infierno del que nadie escribe, para devolver la primavera al mundo.

Para morir se debe preparar la casa, recibir al niño que supimos ser. Saber pedirle perdón por tanta traición cometida, por tanta mentira, por tanta sistemática decepción, por el rumbo perdido, por tanta belleza pasada por alto.

Pero los milagros existen. Están a la altura de la mano. Es solo que nos cuesta distinguirlos. Quizá nuestro triunfo haya sido ese, que seamos inocentes de ignorar nuestro milagro.

"Quiero que él aprenda a devolver flores aunque reciba mierda, quiero qwue sepa que de la mierda nacen flores"

Los niños ya vienen deslizándose por el pasillo de la vida.

Lo que la naturaleza no te da, el infierno te lo presta.