El corazón humano es como el caucho: se hincha muy fácilmente, pero cuesta mucho hacerlo estallar.
|
El corazón humano es como el caucho: se hincha muy fácilmente, pero cuesta mucho hacerlo estallar.
|
¡Pero hay que ver en qué medida excede la promesa de la expectativa al placer de la posesión!
|
Todos sabemos que las compañías habituales ejercen una gran influencia en la forma de pensar y los hábitos de las personas. Las acciones que presenciamos cada día, las palabras que escuchamos, todo nos va conduciendo de forma natural a actuar de la misma forma que las personas con las que convivimos; es un proceso lento, gradual, casi imperceptible.
|
"La Paciencia, la Firmeza y la Perseverancia eran mis únicas armas, y resolví utilizarlas lo más posible." |
Tarea encantadora, enseñar a brotar las ideas jóvenes
|
Una respuesta blanda calma la ira, pero una palabra áspera enciende la cólera
|
Las personas no se dan cuenta del daño que hacen a los niños riéndose de sus defectos y bromeando sobre lo que sus verdaderos amigos se han esforzado por enseñarles que aborrezcan.
|
El corazón humano es como una pieza de caucho; se dilata, pero puede estirarse mucho sin llegar a estallar. Si poco más que nada lo perturba, poco menos que todo es necesario para romperlo.
|
¡Qué maravilloso sería convertirse en una institutriz! Salir al mundo; comenzar una nueva vida, ser responsable de mis actos, poner en práctica mis facultades aún no desarrolladas, poner a pruebas mis poderes desconocidos; ganar mi propio sustento y ayudar también a mi padre, a mi madre y a mi hermana, además de ahorrarles los gastos de mi comida y de mi vestuario; demostrar a papá de lo que era capaz su pequeña Agnes, convencer a mamá y a Mary de que no era el ser desvalido e inconsciente que suponían. Y entonces, ¡qué estupendo que me confiaran la labor de cuidar y educar a unos ñiños!
|
Todas las historias verdaderas contienen una enseñanza aunque en ocasiones el tesoro sea difícil de encontrar y, una vez encontrado, resulte tan insignificante que el fruto seco y arrugado apenas compense el trabajo de romper las cáscara. Sea o no este el caso de mi historia, no soy la persona más apropiada para juzgarlo.
|
¿Quién escribió «Agnes Grey»?