La esperanza de Sophia

Recordé que la vida no solo era un deber, sino también un placer.

Para alcanzar la cima, a veces es inevitable introducir ciertas… correcciones.

Recordé que la vida no sólo era un deber, sino también un placer.

Disfrutaba haciéndose ver. Una y otra vez las miradas de la gente se volvían hacia ella, que las aceptaba como un regalo.

Era como si de golpe en mi mente se hubiera abierto la puerta de una cámara siniestra y todos los temores estuvieran saliendo en estampida.

¿ Qué es el tiempo? Lo tapamos con colorete y esperamos que nadie lo note.

Hace tiempo que sueño con que los médicos se den cuenta de lo importante que es una piel sana para el bienestar de una persona (Helena Rubinstein)

Era consciente de que las viviendas con vistas hermosas no estaban precisamente al alcance de bailarinas desnudas y empleadas de guardarropa embarazadas.