-Pero no estás sola..., tienes a tus hermanas-añadió Rosita-. Nosotras siempre hemos estado en la soledad de nuestra habitación. -Puedes tener compañía y estar en la soledad más absoluta. Puedes tener compañía y sentirla como un yugo |
-Pero no estás sola..., tienes a tus hermanas-añadió Rosita-. Nosotras siempre hemos estado en la soledad de nuestra habitación. -Puedes tener compañía y estar en la soledad más absoluta. Puedes tener compañía y sentirla como un yugo |
Prefiero pobre y libertad de espíritu y pensamiento, a pudiente y un espíritu pobre.
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-Espero que no quede con una mala impresión por nuestra entrada en la casa -intentó excusarse. -No sienta lo que piensen los demás y sienta más lo que usted diga o haga. |
—A veces, entre las madres y las hijas hay algo que se rompe y no hay vuelta atrás. Igual que cuando se rompe la rama de un árbol nunca puede volver a su lugar. —Cierto. Pero siempre quedan las raíces. |
Ese ha sido uno de nuestros grandes problemas -dijo, por fin-; que las mujeres hemos callado y callado y callado incluso entre nosotras. Como si nos hubiesen tragado la lengua. Por eso no nos daban educación, para que ni habláramos. Y sin parar hemos tragado y tragado tragedias que pesan. Y cuando no se puede más, las verdades irrumpen con la fuerza de un caballo, llevando todo por delante. Las verdades nos supuran por las grietas de las heridas abiertas en carne viva, de tanto dolor.
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Ser madre es el trabajo más ingrato que existe.
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Me ha venido a la memoria a la voz de las mujeres de mi casa. Mie ama decía que cuando hablaba con ella y con mi tía, al menos, me desahogaba y las tres nos podíamos "hartar de llorar y nos repartiremos el sentimiento". Así, literal. Y tía siempre decía: "es el defecto de las mujeres decentes de estas tierras. No hablar. No hablamos y tenemos que hablar. Hemos tragado demasiado dolor. Hemos mantenido demasiado silencio. ¡Que explote hoy todo lo que encerramos en el pecho!
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- Quítate tú la losa, aunque pese y cueste! ¿Y por qué es la culpa solo tuya?! ¿Por qué es la culpa siempre nuestra?! ¿Por qué no pudo ser de ellos la culpa? ¿Por qué solo sabían hablar con cuchillo en mano? ¿Por qué ese orgullo altanero y egoista? Se peleaban por ti como si fueras una propiedad, una de sus tierras. ¿Por qué no reconocía cada uno cuánto te quería? Y sé que el amor puede ser bien ciego y terco y obstinado y salvaje. Y les entiendo a ellos, atados de pies y manos porque sin casarse no son hombres que se vistan, pero la honra solo sirve para el ojo por ojo y bañar todo de luto. No cargues tú con todo porque no es justo. Tú no les clavaste ese puñal. -Pero fui el puñal de su desdicha. ¡Maldito el día! La Novia rompió a llorar, casi en silencio. |
Los personajes muertos nunca mueren porque, cuando nos leen y nos releen, algo dentro de nosotras revive nuestra historia. Quizás los personajes muertos que dan en una especie de limbo y regresan cuando son reclamados. Solo tenemos que encontrar la forma. Usted se cree fuerte, pero su muerte aún le atenaza la garganta y las entrañas. A pesar de los metros de muros, yo la escucho llorar cada noche.
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Lo que me duele no es que me dejara sola. Lo que me dolió fue creer en alguien. Puse mi confianza ciega en él y tuve que dejar de creer en sus promesas. Por eso dije: «El más terrible de los sentimientos es tener la esperanta muerta». Y no quiero estar así por siempre. Deseo que mi esperanza vuelva
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_________Cerditos