Las mujeres de Federico de Ana Bernal-Triviño
Ese ha sido uno de nuestros grandes problemas -dijo, por fin-; que las mujeres hemos callado y callado y callado incluso entre nosotras. Como si nos hubiesen tragado la lengua. Por eso no nos daban educación, para que ni habláramos. Y sin parar hemos tragado y tragado tragedias que pesan. Y cuando no se puede más, las verdades irrumpen con la fuerza de un caballo, llevando todo por delante. Las verdades nos supuran por las grietas de las heridas abiertas en carne viva, de tanto dolor.
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