Las mujeres de Federico de Ana Bernal-Triviño
Lo que me duele no es que me dejara sola. Lo que me dolió fue creer en alguien. Puse mi confianza ciega en él y tuve que dejar de creer en sus promesas. Por eso dije: «El más terrible de los sentimientos es tener la esperanta muerta». Y no quiero estar así por siempre. Deseo que mi esperanza vuelva
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