Manual para mujeres de la limpieza

Espero que Almodovar haga honor a esta maravilla de libro, creo que solo él podría hacerlo.
En este libro de relatos pasa como en sus películas, están repletos de mujeres imperfectas, de mujeres fuertes, luchadoras, de mujeres reales.
Lucía fue muy de verdad y llevó su verdad por bandera, en sus relatos prácticamente autobiográficos nos demuestra su valentía, su capacidad para salir de los agujeros más profundos, su amor a la vida, su miedo a ella también, y su inmensa sensibilidad, esa que a veces nos hace terriblemente vulnerables aunque estemos cargadas de poder.

Más de una vez me ha dejado con el corazón encogido, otras tantas me ha sorprendido con finales abruptos e inesperados, otras tantas me he sonreído... aunque por otra parte se me ha hecho un poco reiterativo en las situaciones que muestra y los personajes que pueblan sus historias.

Qué cosa más linda. La forma de contar de manera graciosa hasta las tragedias más tristes es de admirarse. Eso no quiere decir que no sienta en este momento un hueco en el pecho y un pequeño nudo en la garganta. Quisiera abrazar a Lucía (la escritora) y decirle que todo está bien. Luego reírnos juntos de nuestras tragedias de nuevo. Es una lástima que ahora que murió es cuando su trabajo como escritora tenga este push. Aunque sí no hubiera trabajado de "sirvienta" nunca hubiera escrito esto. Aplausos hasta el cielo señorona.

Estoy tan agotado que me apetecía escribir y, a nada de acabar, lo que he sentido leyéndolo. Es agotador. Es tan realista que agota. Los relatos giran en torno a madres primerizas, la mitad de las veces alcohólicas. También sobre mujeres que trabajan de limpiadoras y asistentas o enfermeras y tratan con personas alcohólicas o drogadictas. A veces tan solo tratan de mujeres que, alcohólicas, no saben que hacer con su vida cuando empiezan a desvanecerse los efectos del alcohol. Hay unos pocos que no tienen que ver con el alcohol, sino simplemente con la miseria humana, con hermanas que o han pasado un cáncer, o lo tienen o pronto se van a morir de ello y madres que no se preocupan por ellas. O que han muerto sin dejar un afecto lo suficientemente fuerte para cerrar las heridas de sus hijas. Así lo describe en uno de los relatos: «Una cosa sé de la muerte. Cuanto “mejor” es la persona, cuanto más cariñosa, feliz y comprensiva, menor es el vacío que deja su muerte». No solo lo dice, se atreve a demostrarlo.

Es un libro cargado de realidad, te la estampa en la cara. Es crudo y hay que estar preparado. Yo nunca estoy preparado, ya he lidiado siempre con ella. No somos amigos, ni lo seremos. La poca felicidad que sienten los personajes de los distintos relatos de Lucia Berlin es amarga, es producto de una tristeza profunda de la que de repente se conoce el origen. Es un libro triste, triste y amargo y crudo. Sin embargo, lo tengo subrayado entero, porque es contundente y habla de todos. La calidad de sus descripciones es exquisita. Me encanta que describa el aleteo de los pájaros como el rumor de una baraja de naipes, o que hable de sensaciones tan comunes como sentir las bandas metálicas de una silla en los muslos.

Es cruda para todo, y a los sentidos les gusta la realidad en crudo. Vemos sin filtros, olemos sin filtros, tocamos sin filtros. Sin filtros también es como Lucia Berlin narra, cargando los relatos de contenido sensual y sensitivo. Quizás es precisamente por eso por lo que he sufrido este libro; porque mis sentimientos y mis emociones no estaban preparados para historias sin filtro, sentimientos sin filtro, realidad sin filtro. Ahora mismo me siento como si hubiese acabado un examen o hubiese tenido una conversación profunda y seria. Agotado emocionalmente.
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El primer libro que leí de la autora a pesar del titulo es una novela que sorprende y engancha desde las primeras paginas.
La recomiendo

No se por donde empezar a comentar este libro, tengo que decir que al principio me costo meterme en la historia o mejor dicho en los relatos, no me llegaban me parecía muy crudos, demasiado alcohol, drogas y demás cosas chungas, pero según avanzaba iba entendiendo un poco, y además leí algo acerca de la biografía de la autora y todo empezó a encajar. Otra de las cosas que si que recomiendo es que los relatos sean como píldoras, es decir, y leyendo uno a uno y haciendo pausas y reposo creo que se puede disfrutar mucho más este libro.