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Estoy tan agotado que me apetecía escribir y, a nada de acabar, lo que he sentido leyéndolo. Es agotador. Es tan realista que agota. Los relatos giran en torno a madres primerizas, la mitad de las veces alcohólicas. También sobre mujeres que trabajan de limpiadoras y asistentas o enfermeras y tratan con personas alcohólicas o drogadictas. A veces tan solo tratan de mujeres que, alcohólicas, no saben que hacer con su vida cuando empiezan a desvanecerse los efectos del alcohol. Hay unos pocos que no tienen que ver con el alcohol, sino simplemente con la miseria humana, con hermanas que o han pasado un cáncer, o lo tienen o pronto se van a morir de ello y madres que no se preocupan por ellas. O que han muerto sin dejar un afecto lo suficientemente fuerte para cerrar las heridas de sus hijas. Así lo describe en uno de los relatos: «Una cosa sé de la muerte. Cuanto “mejor” es la persona, cuanto más cariñosa, feliz y comprensiva, menor es el vacío que deja su muerte». No solo lo dice, se atreve a demostrarlo. Es un libro cargado de realidad, te la estampa en la cara. Es crudo y hay que estar preparado. Yo nunca estoy preparado, ya he lidiado siempre con ella. No somos amigos, ni lo seremos. La poca felicidad que sienten los personajes de los distintos relatos de Lucia Berlin es amarga, es producto de una tristeza profunda de la que de repente se conoce el origen. Es un libro triste, triste y amargo y crudo. Sin embargo, lo tengo subrayado entero, porque es contundente y habla de todos. La calidad de sus descripciones es exquisita. Me encanta que describa el aleteo de los pájaros como el rumor de una baraja de naipes, o que hable de sensaciones tan comunes como sentir las bandas metálicas de una silla en los muslos. Es cruda para todo, y a los sentidos les gusta la realidad en crudo. Vemos sin filtros, olemos sin filtros, tocamos sin filtros. Sin filtros también es como Lucia Berlin narra, cargando los relatos de contenido sensual y sensitivo. Quizás es precisamente por eso por lo que he sufrido este libro; porque mis sentimientos y mis emociones no estaban preparados para historias sin filtro, sentimientos sin filtro, realidad sin filtro. Ahora mismo me siento como si hubiese acabado un examen o hubiese tenido una conversación profunda y seria. Agotado emocionalmente. Enlace: https://www.elpuntilloso.com.. |
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