Qué cosa más linda. La forma de contar de manera graciosa hasta las tragedias más tristes es de admirarse. Eso no quiere decir que no sienta en este momento un hueco en el pecho y un pequeño nudo en la garganta. Quisiera abrazar a Lucía (la escritora) y decirle que todo está bien. Luego reírnos juntos de nuestras tragedias de nuevo. Es una lástima que ahora que murió es cuando su trabajo como escritora tenga este push. Aunque sí no hubiera trabajado de "sirvienta" nunca hubiera escrito esto. Aplausos hasta el cielo señorona.
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