“Siete sobres”, ópera prima de Celeste Bena de Rette, comenzó su andadura como novela autopublicada y, tras su éxito, llega ahora de la mano de una editorial tradicional para darle mayor visibilidad. Una cabaña aislada. Siete amigos. Un concurso. Un único ganador. Siete amigos han sido seleccionados para participar en un misterioso concurso que cuenta con un suculento premio para el ganador. Pero para llegar al final deberán superar una serie de pruebas que pondrán en peligro su amistad e incluso sus propias vidas. La única regla es “JUEGA o MUERE”. La novela plantea una trama claro homenaje a los “Diez Negritos” de Agatha Christie pasada por un filtro actual, con los realities, la redes sociales y esa sobreexposición de nuestro día a día a cambio de dinero como telón de fondo. Aunque la premisa puede no ser muy novedosa, sí es tremendamente efectiva (especialmente si eres fan obsesivo de la novela de la reina del crimen), consiguiendo una lectura adictiva perfecta para evadirse durante unas horas. Aunque el concepto del concurso de televisión y la forma en que llega a ellos puede resultar algo inverosímil, si lo aceptas como algo necesario y entras en el juego te engancharás a la historia sin problema desde las primeras páginas. Un estilo directo, sencillo y que va al grano en todo momento, capítulos cortos y contar con el punto de vista de cada uno de los personajes, hacen que la lectura de “Siete sobres” sea muy ágil. Todo esto constituye una de las grandes bazas de la novela, pues logra mantener la atención del lector en todo momento, pero al mismo tiempo es también uno de sus puntos débiles, ya que la rapidez con que se desarrolla todo no permite profundizar en algunos aspectos que hubiesen resultado muy interesantes. Conseguir un equilibrio perfecto entre acción y descripción que permita contextualizar y dar profundidad a la historia al tiempo que la trama avanza es algo complicado. En algunos momentos, la falta de descripciones, primando los diálogos en todo momento, me hizo sentir que estaba leyendo el guión de una película. La cabaña es prácticamente el único escenario que aparece en la historia y, por momentos, puedes llegar a sentir el agobio de estar ahí encerrado. Aunque correcta, alguna descripción más hubiese conseguido transmitir una ambientación más detallada, lo que hubiese contribuido a generar en el lector esa sensación de angustia y claustrofobia. Me resultó un poco complicado conectar con los personajes. Si bien es cierto que toda la historia tiene un toque juvenil, algunas actitudes y comportamientos de estos (infantiles y poco acordes para la edad que tienen) me sacaban de la historia. Un poco más de desarrollo de los personajes les hubiese dado más solidez, lo que hubiese ayudado a generar empatía con ellos. El hecho de que apenas llegues a conocer a algunos hace que sea muy difícil llegar a sentir tristeza, pena (o lo que sea), cuando les pasa lo que les pasa. La gran sorpresa viene con el desenlace, con un final que me pilló completamente desprevenido. A pesar de las mil y una teorías que hice, no me acerqué ni por asomo a la verdad. La motivación del culpable, por increíble y desproporcionada que pueda parecer en un primer momento, adquiere todo el sentido cuando conoces qué le llevó a actuar así. “Siete sobres” es una historia acerca de la amistad y de los secretos que subyacen bajo amistades en apariencia férreas pero que se sustentan en cimientos muy débiles, que dan una imagen de unión de cara a la galería pero que, en el momento en que son puestas a prueba, saltan por los aires, cumpliendo con creces con la misión de entretener al lector. + Leer más |