«La primera contradicción en mi voluntad de no saber era que me hacía preguntas» No podemos empezar de cero, eso Armand lo sabe, igual que Elena, sí aprender de los errores, saber que aquel que era, ya no existe, tiene derecho a ser feliz y liberarse de culpas. Hay uno errores peores que otros, unos son simple equivocaciones, decisiones precipitadas sin pensar, que hieren, otras son más complicadas de corregir, porque se sabe y se mantiene. Armand y Ramir son dos hombres que cometieron un error, mientras el primero, con el tiempo, valoró su error y lo injusto que fue en sus pensamientos, «Yo que la había amado con locura, llegué a odiar la vida con ella», el segundo victimiza su situación y ancla a Elena con la culpa. «… en las decisiones importantes siempre estamos solos» Armand valora esos errores como oportunidad para crecer, reconocerlo, pedir perdón y avanzar. Ahora sabe, con la sabiduría que da la vida, que hubiese actuado de otra manera, pero en aquel momento, con las circunstancias y los conocimientos que tenía, hizo lo que consideró más oportuno para ayudar a su mujer, se equivocó de una forma irreversible. Ambos protagonistas volverán a empezar, sin perder de vista lo que ya han vivido. Son conscientes al reencontrarse de las ganas que tienen de dejar de morir en vida. «Tenía suficiente con que la adorasen sin oír hablar de amor… » + Leer más |