Cuando una persona le da a otra, la bendecida no es la que recibe, sino la que da.
|
Cuando una persona le da a otra, la bendecida no es la que recibe, sino la que da.
|
El dolor no es de fiar: cuando no une a las personas, las separa.
|
La gente siempre decía que Ove era "agrio". Pero qué puñetas, Ove no era agrio, era solo que no iba por ahí sonriendo a todas horas. ¿Y por eso había que tratarlo como a un delincuente? Ove pensaba que no, desde luego. Pero algo se rompe en el fuero interno de un hombre que entierra a la única persona que lo ha comprendido en la vida. No hay tiempo que cure una herida así.
|
Cuando uno pierde a un ser querido, echa de menos las cosas más extrañas. Las pequeñas cosas. Las sonrisas. La manera que tiene de darse la vuelta en la cama mientras duerme. Y pintar la habitación a su gusto.
|
Y el tiempo es una cosa extraordinaria. La mayoría de nosotros vivimos para el que tenemos por delante. Dentro de unos días, de unas semanas, de unos años. Uno de los momentos más dolorosos en la vida de todo ser humano es seguramente aquel en que toma conciencia de que ha alcanzado una edad en que tiene más tiempo detrás que por delante. Y cuando ya no tenemos todo el tiempo por delante, hemos de encontrar otras cosas por las que vivir. Recuerdos, quizá. Tardes al sol de la mano de alguien. El aroma de los brotes nuevos en los setos. Los domingos en la cafetería. Los nietos, quizá. Uno encuentra el modo de vivir el futuro de otros.
|
La muerte es una cosa extraordinaria. La gente vive la vida como si no existiera, siendo así que, la mayor parte del tiempo, es la principal razón para vivir. Algunos de nosotros alcanzamos llegado el momento tal conciencia de su existencia que empezamos a vivir con más intensidad, más tozudez, más rabia. Otros necesitamos su presencia constante para comprender siquiera cuál es su opuesto. Otros estamos tan ocupados pensando en ella que nos instalamos en la sala de espera mucho antes de que haya anunciado su llegada. Le tenemos miedo y, aun así, la mayoría de nosotros tememos mucho más que le llegue a otro. Porque el miedo más fiero en relación con la muerte es que nos pase de largo. Y que nos deje aquí solos.
|
Es difícil reconocer que uno se ha equivocado. Sobre todo, cuando lleva equivocado mucho tiempo.
|
Pero ningún otro muchacho había recorrido en tren un trayecto de varias horas en el sentido contrario al suyo, a diario y durante varios meses, solo porque le gustaba ir con ella y oírla hablar.
|
«Todos los caminos te conducen a aquello para lo que estás predestinado».
|
—¿Qué clase de amor es el que te abandona cuando las cosas se ponen difíciles? ¿El que te deja atrás cuando se exige más esfuerzo? Dime, ¿qué clase de amor es ese?
|
Gregorio Samsa es un ...