Bunny

Seguimos los pasos de una alumna becada en un prestigioso master de escritura creativa universitario en Nueva Inglaterra. Samantha está marginada de sus compañeras: un grupo de chicas bellísimas y ricas que, a pesar de ser adultas de veinticinco años, se pasan todo el día juntas, abrazadas, halagándose exagerada y llamándose entre ellas bunny a cada frase. Samantha las detesta y se refugia en su única amiga Ava, una chica bastante antisistema que contrasta con el ambiente rígido de apariencias forzadas de su universidad. Sin embargo, todo empieza a cambiar cuando las bunnies de pronto se interesan por la fuerza creativa de Samantha y la invitan a una de sus particulares sesiones extraescolares. Allí comenzará una espiral malsana y fascinante de purpurina y terror.

La novela es un caramelito envenenado, una gran sátira sobre los estereotipos sociales femeninos y sobre la comunidad creativa. Explora temas como la amistad, el deseo y la pertenencia con una originalidad sin límites. Como un verdadero cuento de hadas, es reluciente pero sangriento y se la historia se deja llevar sin necesidad de explicar las reglas del juego. Es un verdadero baile sensorial con animales, mentiras, hachas, una escritura brillante y un montón de deliciosas referencias culturales. La verdad es que hacía tiempo que no leía nada tan loco, tan divertido, tan arriesgado que me enganchase tanto y a la vez con tanto significado. Para las que a veces sigan deseando perseguir al conejo blanco aunque acaben con rasguños.

He sentido esta historia como una mezcla entre Mean Girls y Scream Queens... pero sin humor.
Lo que me ha gustado de este libro es que no se para a dar explicaciones de lo que ocurre, al principio se hace bastante confuso, pero luego te haces a ello y lo disfrutas.
Se trata de una historia de horror, pero yo no he sentido eso, aunque sí mucha curiosidad. Por este motivo me hubiese gustado más que tuviese ese toque de humor, similar al del género slasher, probablemente le habría dado 4 ó 5 estrellas de ser así.