Haz que sueñe

-Yo diría que sí.
-Cuidado, Nico. Hay cosas que no se aprenden ni en toda una vida...
-¿Cómo cuáles?
-Como a vivir.

-¿Estás bien?
-He visto mucho más de lo que quería o de lo que podía soportar.
-No dejes que tu pasado arruine tu futuro, Nico. No sería justo.

-Eso da igual. Tienes que hacer las paces contigo mismo y con ella. No le guardes más rencor, hijo. Déjala ir, aunque te duela.
-¿Y si no vuelve?
-No era para ti.

¿Y para qué quieres un amor que te consuma? ¿Para acabar teniéndola a ella, pero perdiéndote a ti mismo?

Si este momento fuera un sabor, sería helado de chocolate. Si fuera un recuerdo, sería el del tacto de la arena entre mis dedos. Si fuera un olor, sería el del mar y el de la sal pegada a la piel. Esas olas que te envuelven con su brisa, acariciándote, tal y como lo está haciendo Nico ahora mismo conmigo.

Tú, que lo das todo por hecho, quizás el destino tenga una forma de sorprendernos, de hacer magia con nosotros. Yo le agradezco el ponerte en mi camino y a ti que te quedaras, porque podías haber hecho lo fácil y escogiste lo difícil. Lo que te desafía y te reta. Lo que te sorprende. Y eso te hace especial, como tú eres. Y a mi muy tuyo, que lo soy.