Todos los libros de Asimov entretienen y te enseñan algo que desconocías. En este caso fue más difícil, porque las matemáticas definitivamente no son lo mío, pero la gracia y buena mano que tiene para explicar valen la pena el esfuerzo y te da una nueva visión, amena, de los números: sean irracionales, imaginarios, de distinto tipo de infinitos o inconmensurables. Los últimos capítulos son básicamente de Geografía: medidas de montañas, lagos, islas, como para bajarle un poco a tanto polinomio. Este manpslaining no molesta.
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