Sentí de pronto que a mis espaldas los muebles, los adornos, en fin, los objetos de la casa se miraban entre sí instándose los unos a los otros a guardar silencio.
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Sentí de pronto que a mis espaldas los muebles, los adornos, en fin, los objetos de la casa se miraban entre sí instándose los unos a los otros a guardar silencio.
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“En adelante, el dolor taladraría sin descanso mi cerebro. Mi única ocupación consistiría en sufrir. No podría emprender ninguna actividad, ni tan siquiera la más simple de la simples, porque mi tiempo y mis fuerzas la acapararían por entero el sufrimiento”
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Gregorio Samsa es un ...