(...) Tundra se perfila, así, como una gran ficción y como un manifiesto contundente para el presente y para el futuro. El futuro, afirma, es femenino. El futuro es en comunión con otras especies y otras cosmovisiones. No es un regreso en la Historia para vivir como nuestros antepasados (donde no todo, recuerda Erin, era color de rosas), sino una integración, desde el Presente, para darnos un baño de amor y de humildad, para sanar lo que hemos roto y reubicar el lugar en el que nos hemos colocado a nosotros mismos como seres humanos. (Crítica completa en Médium) |