“Las vidas que no viví” de Patricia Almarcegui es una historia, mejor dicho, son varias historias entrelazadas de mujeres cuyo punto de unión es la isla de Menorca. A través de los pensamientos de las protagonistas vamos conociendo su pasado, sus temores e ilusiones más profundas y hacia donde van sus pasos. Nos encontramos con mujeres con conflictos internos. La maternidad, las relaciones familiares, la migración, la búsqueda de una vida mejor, son algunos de los temas a los que se tienen que enfrentar estas mujeres. Pero sobre todo, tienen que luchar ante el hecho de ser mujeres. Gracias a la pluma de la escritora podemos oler el salitre del Mediterráneo, las flores de un jardín o el aroma de la comida iraní. Vamos alternado las voces de los personajes y saltamos de un pensamiento a otro mientras vamos conociendo aquello que nos quieren mostrar. al principio deseamos conocer a estas mujeres que se instalan en un hotel abandonado mientras esperan a ser desahuciadas, pero mientras eso llega, ellas se afanan por seguir viviendo y dar vida a un jardín y un huerto. Sin embargo, conforme avanzas en la lectura, cada vez es algo más caótico. Mezclamos las voces y a veces al lector le cuesta distinguir quién es quien. No sabes hacia donde vas a llegar y al final te quedas con la sensación de que falta algo, que la historia se queda corta y que termina de forma abrupta. Una lástima porque la lectura prometía mucho y al final piensas que necesitas más para llegas a saborearla y disfrutar del todo de la historia, Aún así, la autora es una gran conocedora del mundo persa y merece la pena seguir su trayectoria, + Leer más |