La receta del amor

Dylan trabaja en Guerreros del Wok, un restaurante familiar, junto con su tía y sus primos. Hace poco que su madre falleció y le gustaría honrarla de alguna manera; por eso decide participar en un concurso de postres, uno en el que su madre quería participar. Además, al negocio le vendría muy bien la visibilidad por temas monetarios. Una tarde, cuando le toca hacer el reparto de un pedido, se encuentra con un cliente muy desagradable y con él, un chico que le roba el aliento.

Cuando se lo vuelve a encontrar en el local, Dylan se da cuenta de que ese chaval le remueve algo por dentro, y cuando Theo le ofrece acompañarle a una boda en Los Hamptons como su novio falso, no podrá resistirse.

Los personajes vienen de distintas clases sociales ya que Dylan es obrero y su familia vive al día; Theo es rico de nacimiento y lo será toda su vida. Nunca ha tenido que preocuparse por lo que gastaba.

Al principio, la historia me pareció muy guay y está muy bien ambientada y la información sobre la comida china es superinteresante.

Era un fake dating que prometía un montón, pero a partir de la mitad, yo sentí un bajonazo: resulta que hay un instalove y no es algo que me haga mucha gracia y menos si no está justificado. Es cierto que hay un par de subtramas: una le da un toque de suspense y la otra me ha terminado aburriendo, no me interesaba. He acabado leyendo el último tercio muy por encima porque solo quería llegar al final.

Por lo que resumo todo en que para mí ha sido una decepción, lamentablemente. Y aunque haya recuperado un poco en el final, no ha sido suficiente como para cambiar esa sensación.

Pero bueno, si os gustan las novelas juveniles con los ingredientes que os he mencionado y sin escenas explícitas (tampoco se hace referencia a que hayan ocurrido), siempre podéis darle una oportunidad.

Hacía tiempo que necesitaba leer un romance donde el drama no acaparase gran parte de la trama y dónde salir del armario o la sexualidad como tal no fuese el epicentro de a historia.
Además, me ha gustado aprender de la cultura china de forma orgánica y dinámica sin explicaciones tediosas y teóricas sino a través de la vida, la experiencia y el amor por la cultura de origen del protagonista.
Es cierto que tiene un cliché o trope como punto de partida, al diferencia de clases sociales, que puede resultar irritante al enfocarse desde el complejo de la persona de situación menos adinerada, aunque creo que en este caso la relevancia no se centra en la diferencia de clase social sino en la importancia que la reputación y la fama puede tener en los círculos de la élite social.
No soy un apasionado de la cocina ni de la repostería pero no me ha resultado pesado la ambientación entre comidas y pasteles, al contrario, creo que ha dota al protagonista de personalidad, historia y perspectiva.
Me ha resultado interesante cómo se plasma en la historia y la narración la forma en la que personas con vidas muy diferentes pueden confluir en experiencias vividas, miedos, angustias e ilusiones. También cómo la duda y la necesidad de ser quien se quiere ser es un hecho patente en la mayoría de las personas.
Es un libro corto, dinámico y sencillo que incita a leer por el dinamismo de su escritura y el buen ritmo de los hechos que acontecen.
Si te apetece leer un romance gay dinámico y entretenido este puede ser tu libro.

Acabo de terminar este libro y no puedo negar que lo disfruté un montón.
Aquí seguiremos la historia de Dylan y Theo, dos personajes completamente opuestos pero que desde el primer minuto que se ven están destinados a estar juntos.
Dylan trabaja en el restaurante de su tía y su pasión es la gastronomía. Desde que su madre murió él quedó a su cuidado y ella y sus primos Teo y Meg son lo más valioso de su vida.
Theo es un niño rico que ha vivido rodeado de lujos. Su padre es multimillonario y por supuesto que no frecuenta los mismos sitios que frecuenta Dylan, pero sus caminos de cruzan cuando Dyl debe llevarle comida a domicilio.
A partir de ese momento sus caminos están destinados a encontrarse y Dylan terminará viajando con Theo a los Hamptons para hacerse pasar por su novio… sí, un fake dating a toda regla.
Me gustó bastante la historia. Es bastante juvenil y hace mucho hincapié en la cultura oriental y la gastronomía. La trama se centra en un concurso de pasteles de luna, un dulce tradicional chino, en el que Dylan participará para poder salvar el restaurante de su tía Jade.
Además del cliché “Relación falsa” también podría mencionar el de “Rico/pobre” o “diferente clase social” como más les guste llamarlo.
La verdad que es una historia entretenida, divertida y bastante sencilla de leer. La recomiendo si quieren pasar un rato entretenido y leer una historia LGBT+ de lo más tierna.

En este romance los mundos totalmente opuestos de Dylan y Theo se entrelazan de la forma más dulce posible.

Dylan es un joven asiático de orígenes humildes que trabaja en el restaurante familiar. Theo es un chico de familia adinerada que tiene todo lo que puede desear, excepto el amor de su padre. Los mundos de ambos chocarán por caprichos del destino. Desde ese momento se verán envueltos en una falsa relación que, a pesar de tener sus altibajos, se desarrolla de una manera preciosa.

Es una historia con una trama bastante sencilla, sin grandes dramas y con bastantes clichés, es todo lo que piensas que va a ser, sin embargo es tan ligera y tierna que consigue sacarte una sonrisa. En ese sentido me ha recordado un poco a Heartstopper. He disfrutado mucho conociendo a los personajes y aprendiendo sobre la cultura china, aunque es verdad que me ha faltado un poquito de profundidad.

Aun así, me parece una historia perfecta si buscáis un romance ligero, boys-love súper cozy, y ya si sois fans del trope fake dating necesitáis añadirla a vuestro TBR.

3,75/5