El tiempo es un viento que en su huida deja tras de sí estas viejas plumas delicadas.
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El tiempo es un viento que en su huida deja tras de sí estas viejas plumas delicadas.
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La aristocracia se marchaba a lugares más agradables, donde pudiera gastar el dinero sin tener que ver cómo se ganaba. Esto es la historia. Una Inglaterra borra a la otra. Las minas habían enriquecido a las casas solariegas. Ahora las borraban, del mismo modo que habían borrado ya las casas de campo. La Inglaterra industrial borra a la Inglaterra agrícola. Un significado borra al otro. La nueva Inglaterra borra a la vieja Inglaterra. Y la continuidad no es orgánica, sino mecánica.
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La generación más joven carecía de toda noción de la vieja Inglaterra. Había una ruptura casi americana pero verdaderamente industrial, de la conciencia de continuidad. ¿Qué vendría después?
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¡Es inútil! Es inútil intentar librarse de la propia soledad. Había que seguir viviendo. Sólo a veces, a veces, llegaba a llenarse ese vacío. ¡A veces! Pero había que esperar a que se presentase la ocasión. Acepta tu propia soledad y consérvala toda tu vida. Y luego acepta los momentos en que se llena ese vacío, cuando lleguen. Pero tienen que llegar solos. Uno no los puede obligar.
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Los hombres eran muy amables con la persona que era ella, pero algo crueles con la hembra, a la que despreciaban o ignoraban completamente. Los hombres eran tremendamente amables con Constance Reid o lady Chatterley, pero no con sus entrañas.
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¡Pero así son los hombres! Desagradecidos y nunca satisfechos. Si no los complaces, te odian porque no consientes; y cuando les complaces, te odian por cualquier otro motivo. O sin ningún motivo, salvo el de que son niños descontentadizos, y nada les satisface, hagas lo que hagas.
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Los debates, las discusiones, eran lo más importante: el amor, la relación carnal era sólo una especie de retroceso primitivo un tanto decepcionante. Después, una estaba menos enamorada del muchacho, y se sentía un poco inclinada a odiarle; como si hubiese transgredido la intimidad y la libertad interior. Porque, naturalmente, siendo chica, toda la dignidad y sentido de la vida estaban en la realización de la absoluta, perfecta, pura y noble libertad. ¿Qué otro sentido tenía la vida de una joven, sino el de sacudirse las viejas y sórdidas relaciones y sujeciones? Y aunque se la cargase de sentimentalismo, la cuestión sexual era una de las más antiguas y sórdidas relaciones y sujeciones. Los poetas que la glorificaban eran hombres en su mayor parte. Las mujeres habían sabido siempre que existe algo que es mejor, más elevado. Y ahora lo sabían más claramente que nunca. La hermosa y pura libertad de una mujer era infinitamente más maravillosa que cualquier amor sexual.
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Había estado tan cerca de perder la vida, que la que ahora tenía le resultaba inestimable. Se notaba en el ansioso fulgor de sus ojos lo orgulloso que se sentía, una vez superada la enorme conmoción, de estar vivo. Pero había sufrido tanto daño que algo murió dentro de él, había perdido algunos de sus sentimientos. Tenía un vacío de insensibilidad.
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La nuestra es una época esencialmente trágica; por eso nos negamos a tomarla trágicamente. El cataclismo ha ocurrido. Nos encontramos entre ruinas, y empezamos a construir de nuevo, a tener de nuevo pequeños hábitos, pequeñas esperanzas. Es una tarea ardua: ahora ya no hay un camino fácil hacia el futuro; tenemos que sortear o saltar por encima de los obstáculos. Tenemos que vivir, por muchos cielos que se hayan derrumbado. Ésta era, más o menos, la actitud de Constance Chatterley. La guerra había derrumbado el techo sobre su cabeza. Y se había dado cuenta de que había que vivir y aprender. |
Connie no llegó nunca a comprenderle realmente; pero, a su manera, le amaba. Y sentía siempre el reflejo de su desesperanza en ella misma. No podía amarle completamente, lo que se dice completamente, en esta desesperanza. Y él, sin esperanza alguna, no era capaz de amar.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises