Después de un tiempo me he decidido a continuar con esta serie que la tenía un poco olvidada. Me encanta Lottie Parker aunque en esta novela me ha cansado un poco con sus indecisiones y en esta novela, he odiado bastante a Maria Lynch. La novela me ha gustado mucho, aunque comienza algo lenta y le cuesta algo coger ritmo, en mi opinión, ésta es mejor que su anterior novela.
La novela comienza cuando una joven ensangrentada visita la comisaria de Ragmullin y le dice a Lottie: "Creo que lo he matado". Poco después descubren un bebé muerto en el lago y en el mismo día, descubren a un niño de 11 años en un parterre rodeado de flores. La inspectora Lottie Parker y su equipo tendrán que investigar estas muertes y sacar algo de verdad de los testigos, ya que parece que todos esconden algo....
La novela continúa donde se quedó la anterior, prefiero no mencionar nada para no hacer spoiler, seguimos con la parte personal de la vida de Lottie, aparece Leo Beldfield en Ragmullin para investigar sus antecedentes familiares que parece que tienen relación con Lottie, y parece que continuará en la próxima novela.
Me ha gustado ver algo más del resto del equipo de Lottie, además de Boyd, en esta novela Patricia Gibney nos muestra algo más de las vidas personales de Maria Lynch, aunque la he odiado y de Kirby, en su relación con la garda Gilly O'Donaghue, ¡que pena me ha dado cuando muere Gilly por proteger a Maria Lynch! y pobre Kirby, ahora que se había enamorado...
La trama me ha gustado y cómo ya he comentado antes le cuesta algo coger ritmo, luego es un no querer parar de leer. Algunas cosas las adiviné antes de tiempo aunque no en su totalidad, pero casi todo el tiempo me ha tenido dando bandazos de un sospechoso a otro. Sospeché de Paul Duffy desde el principio, aunque pensaba que era el asesino y su hijo, su cómplice, pero era el abusador y su mujer, la asesina, y de ésta, si que fue cómplice su hijo Barry, que este chaval me dió muy mala espina toda la novela. ¡Vaya familia!
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