Editorial Cabaret Voltaire

Es mi segundo intento para enamorarme de esta escritora, ganadora de nada más y nada menos que del Premio Nobel de literatura, pero hay algo que me impide terminar de conectar con sus escritos.

Me gusta lo que cuenta, pero no cómo lo cuenta, su forma de escribir es fría, indiferente, como si nada pudiera atravesar su coraza de hielo.

Esta vez nos cuenta un capítulo de su vida en el que, siendo una profesora en edad madura, tuvo una aventura con uno de los estudiantes.

La verdad, me parece muy bien, siendo ambos adultos, que se dejen llevar por la pasión, estupendo. Pero… es que en la prosa de esta mujer no hay ni huella de ese ardor.

Una lectura que aconsejo por su brevedad, pero no por los sentimientos que provoca.

Una noche en un museo que sirve de pretexto para una hermosa reflexión sobre la escritura, la condición de escritor, la mezcla cultural. Como siempre, a pesar de los diferentes estilos que definen los libros que he leído de Slimani, me ha seducido su escritura. En este caso específico, es su sinceridad y su sensibilidad que me han conmovido especialmente porque el tema de la expatriación y la mezcla cultural resuena particularmente en mí.

Como cada vez que leo un libro de Slimani, me ha seducido su escritura inteligente e intransigente. Aquí, nos hace descubrir el dolor de una adicción sexual, analizada sin pudor pero sin voyeurismo. Aunque esta novela es menos personal que otras más recientes, no es menos poderosa, aunque el tema y su tratamiento puedan desagradar a algunos lectores.