Como cada vez que leo un libro de Slimani, me ha seducido su escritura inteligente e intransigente. Aquí, nos hace descubrir el dolor de una adicción sexual, analizada sin pudor pero sin voyeurismo. Aunque esta novela es menos personal que otras más recientes, no es menos poderosa, aunque el tema y su tratamiento puedan desagradar a algunos lectores.
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