Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
El miedo es un freno, Han. Es mejor lanzarse y perder que nunca haberlo intentado.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
El miedo es un freno, Han. Es mejor lanzarse y perder que nunca haberlo intentado.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Vamos a hacerlo por nosotros. Solo somos tú y yo ahí fuera.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Ambos sabíamos como las cosas podían cambiar en un instante. Por eso nuestra promesa no hablaba del mañana, sino del día a día. Porque siempre estaba hecho de incontables ahora. Y tan solo un segundo podía contener un infinito.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Lucha. Lucha por lo que quieres, en cada cosa que haces y hasta el límite de tus fuerzas, para que cuando todo se desvanezca solo queden sonrisas de satisfacción y no remordimientos.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Durante los últimos meses había aprendido que la felicidad radicaba en uno mismo, en la forma en la que te enfrentabas al mundo. Las circunstancias influían, en especial si eran adversas y dolorosas, pero en tu mano estaba dejarte cegar por lo malo o abrir los ojos y buscar lo bueno.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
El corazón era caprichoso. No entendía de cuándo, de quién, ni de dónde.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Durante los últimos meses había aprendido que la felicidad radicaba en uno mismo, en la forma en la que te enfrentabas al mundo. Las circunstancias influían, en especial si eran adversas y dolorosas, pero en tu mano estaba dejarte cegar por lo malo o abrir los ojos y buscar lo bueno.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
La euforia burbujeó en mi interior y tuve que reír. Lo hice como no lo había hecho en mucho tiempo, desde el alma, desde lo más profundo del corazón, desde las horas perdidas y los sueños rotos que hallaban de nuevo esperanza; desde el dolor que desgarraba, desde la felicidad que creía olvidada. Reí hasta quedar sin aliento. Reí hasta que las lágrimas velaron mis ojos y mi pecho se llenó con un grito liberador que rompió las cadenas que me tenían preso.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
No iba a pensar en el pasado, tampoco en el futuro. Solo iba a alargar la mano y aferrarme al presente.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Durante esos minutos que pasé perdido en el tiempo, en su tacto, en el latido de su corazón, no hice otra cosa que pensar en que llevaba semanas luchando por mantener a raya mis sentimientos. Y en que, por muy estúpido que fuera, ya no tenía fuerzas para seguir haciéndolo. Entendí que por mucho miedo que nos diera, y me daba auténtico terror, arriesgar el corazón era lo que nos daba vida. Y esta no esperaba a nadie, seguía su camino, de nosotros dependía saber aferrarnos a las oportunidades que nos brindaba, para que así, en la última estación, no tuviéramos que preguntarnos 《y si...?》.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
El estruendo de nuestras carcajadas resonó por todo el local e hizo que la gente nos mirase como si nos hubiéramos vuelto locos, pero nos daba igual. Estábamos medio echados sobre la mesa, con las lágrimas saltadas de tanto reír. Y yo deseé poder congelar ese momento, justo ese preciso instante, porque era perfecto. Me había hecho recordar lo que era ser yo. |
Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
- Nunca hay que conformarse -dijo mientras enlazaba sus dedos con los míos-. Siempre hay que buscar la forma de avanzar, de crecer, de hacerte grande en todo lo que haces.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
-Llámame raro- dijo inclinándose hacia mí con la diversión pintada en la cara-, pero jamás creí que me amenazarían de muerte por un dormitorio. -Para ella hay dos cosas intocables a parte de su familia y amigos: los AC/DC y Harry Potter. Respétalos y no tendrás que temer por tu integridad física.-Empecé a andar hacia la siguiente estancia- ¡Oh! Y no le des de comer después de las doce. -¡Te he oído!- gritó Abby desde dentro de la habitación […] |
Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
El patinaje podía ser uno de los deportes más duros. Un patinador artístico y de danza necesitaba la rapidez de un patinador de velocidad, la fuerza de un jugador de hockey, la flexibilidad y el equilibrio de un gimnasta, la elegancia de un bailarín, la resistencia de un corredor de fondo… De alguna manera, lográbamos reunirlo todo en el hielo. Aunque había días que costaban más que otros. |
Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Lucha. Lucha por lo que quieres, en cada cosa que haces y hasta el límite de tus fuerzas, para que cuando todo se desvanezca sólo queden sonrisas de satisfacción y no remordimientos.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Te quiero Hannah. Lo que tenemos va más allá de la amistad, más allá de amantes. Es para siempre.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Todos los que me conocían creían saber lo importante que era para mí. No se hacían ni una ligera idea de hasta qué punto. El hielo era el lugar donde más había reído y llorado, donde había conocido mis mayores éxitos y fracasos. Era donde pertenecía una parte de mí; me circulaba por las venas, me llenaba los pulmones. Era mi elemento, mi lugar. Al ponerme los patines, cada fibra de mi ser cobraba vida, vibraba. Sentía un amor tan grande por lo que hacía que sabía que había nacido para ello.Y me lo habían arrebatado. Me habían arrancado una parte esencial de lo que era.Ni yo misma llegué a pensar nunca cuanto dolería.
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Ambos sabíamos como las cosas podían cambiar en un instante. Por eso nuestra promesa no hablaba del mañana, sino del día a día. Porque siempre estaba hecho de incontables ahora. Y tan solo un segundo podía contener un infnito |
Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
La vida no es una película o un libro. A veces, en la realidad, la mejor manera de derrotar al malo no es matándolo o encerrándolo, sino siguiendo adelante, viviendo y consiguiendo ser feliz. A veces, la mejor manera de vencer es condenar a esa persona al olvido; porque si deja de importarte, ya no tiene poder alguno sobre ti
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Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
-Se ha acabado...el sueño se ha acabado. -Pues vuelve a cerrar los ojos y sueña otro |
Gregorio Samsa es un ...