Tan solo un segundo de Virginia S. McKenzie
Todos los que me conocían creían saber lo importante que era para mí. No se hacían ni una ligera idea de hasta qué punto. El hielo era el lugar donde más había reído y llorado, donde había conocido mis mayores éxitos y fracasos. Era donde pertenecía una parte de mí; me circulaba por las venas, me llenaba los pulmones. Era mi elemento, mi lugar. Al ponerme los patines, cada fibra de mi ser cobraba vida, vibraba. Sentía un amor tan grande por lo que hacía que sabía que había nacido para ello.Y me lo habían arrebatado. Me habían arrancado una parte esencial de lo que era.Ni yo misma llegué a pensar nunca cuanto dolería.
|