Enigmas de La Casa del Placer de Sor Juana Inés de la Cruz
¿Quál es aquella homicida que piedosamente ingrata siempre en quanto vive mata y muere quando da vida? |
Enigmas de La Casa del Placer de Sor Juana Inés de la Cruz
¿Quál es aquella homicida que piedosamente ingrata siempre en quanto vive mata y muere quando da vida? |
Sonetos y villancicos de Sor Juana Inés de la Cruz
En lo dulce de tu canto El justo temor te avisa Que en un amor no hay risa Que no se alterne con llanto
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Obras Completas I, Lirica Personal de Sor Juana Inés de la Cruz
Luego que te vi, te amé: porque amarte y ver tu cielo bien pudieron ser dos cosas, pero ninguna primero. |
Obras Completas I, Lirica Personal de Sor Juana Inés de la Cruz
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, como en tu rostro y tus acciones vía que con palabras no se persuadía que el corazón me vieses deseaba; y Amor, que mis intentos ayudaba, venció lo que imposible parecía: pues entre el llanto que el dolor vertía, el corazón deshecho destilaba. |
Obras Completas I, Lirica Personal de Sor Juana Inés de la Cruz
[...] impaciente tu amor elegir quiere: no al fuego de tu amor el fuego iguales; porque si bien de tu pasión se infiere mal morirá a las brasas materiales quien a las llamas del amor no muere. |
Obras Completas I, Lirica Personal de Sor Juana Inés de la Cruz
Con el dolor de la mortal herida, de un agravio de amor me lamentaba; y por ver si la muerte se llegaba, procuraba que fuese más crecida. Todo en el mal el alma divertida, pena por pena su dolor sumaba, y en cada circunstancia ponderaba que sobraban mil muertas a una vida. Y cuando, a golpe de uno y otro tiro, rendido el corazón daba, penoso, señas de dar el último suspiro, no sé con qué destino prodigioso volví en mi acuerdo y dije: ¿Qué me admiro? ¿Quién en amor ha sido más dichoso? |
Obras Completas I, Lirica Personal de Sor Juana Inés de la Cruz
¿Cuándo llegará el día que pongas dulces fin a tanta pena? ¿Cuándo veré tus ojos, dulce encanto, y de los míos quitarás el llanto? ¿Cuándo tu voz sonora herirá mis oídos, delicada, y el alma que te adora, de inundación de gozos anegada, a recibirte con amante prisa saldrá a los ojos desatada en risa? ¿Cuándo tu luz hermosa revestirá de gloria mis sentidos? |
El divino narciso de Sor Juana Inés de la Cruz
SOBERBIA ¡Tente, Eco hermosa! ¿Dónde vas? Espera; cuéntanos por qué estás de esa manera, que despeñarte intentas. ¿Con ver a tu Soberbia no te alientas? ¿Cómo querré yo verte despeñada, si siempre pretendí verte exaltada? AMOR PROPIO ¿Que con ver tu Amor Propio no te animes? ¿Cómo podré sufrir que te lastimes, si por haberte amado tanto, nos redujimos a este estado? SOBERBIA Tente, pues que yo te tengo. ECO Tengo. AMOR PROPIO Refiere tu ansiosa pena. ECO Pena. SOBERBIA Di la causa de tu rabia. ECO Rabia. (Dentro, repite la música, con tono triste, los ecos.) AMOR PROPIO Pues eres tan sabia, dinos qué accidentes tienes, o qué sientes. ECO Tengo pena, rabia... AMOR PROPIO ¿Pues qué has echado de ver? ECO De ver. SOBERBIA ¿De qué estás así, o por qué? ECO Que. AMOR PROPIO ¿Hay novedad en Narciso? ECO Narciso SOBERBIA Dinos, ¿qué te hizo para ese accidente, o si es solamente...? ECO De ver que Narciso... SOBERBIA No desesperes aún... ECO Aún. AMOR PROPIO que aún puede dejar de ser... ECO Ser. SOBERBIA que ese barro quebradizo... ECO Quebradizo. AMOR PROPIO no logre su hechizo, ni a su amante obligue. Mas ¿Él a quién sigue? ECO A un ser quebradizo. AMOR PROPIO ¿Es posible que la quiere? ECO Quiere. SOBERBIA ¿Ese agravio me hace a mí? ECO A mí. AMOR PROPIO ¿Así por ella me agravia? ECO Me agravia. SOBERBIA Pues brote la rabia de mi furia insana; pues a una villana... ECO Quiere, a mí me agravia. SOBERBIA Juntemos estas voces, que cortadas pronuncia su dolor despedazadas, que de ellas podrá ser nos enteremos por entero, del mal que no sabemos. AMOR PROPIO Mejor es oírla a ella, que las repite al son de su querella. ECO (Con intercadencias furiosas.) Tengo pena, rabia, de ver que Narciso a un ser quebradizo quiere, a mí me agravia. (Repite la música toda la copla.) AMOR PROPIO En el estéril hueco de este tronco, la ocultemos, porque el gemido ronco de sus llorosas quejas no llegue de Narciso a las orejas; y allí tristes las dos la acompañemos, pues apartarnos de ella no podemos. + Leer más |
El divino narciso de Sor Juana Inés de la Cruz
Entre millares mil es escogido; y cual granada luce sazonada en el prado florido, entre rústicos árboles plantada; así, sin que ningún zagal le iguale, entre todos los otros sobresale. |
El divino narciso de Sor Juana Inés de la Cruz
¡Oh, cuántos días ha que he examinado la selva flor a flor, y planta a planta, gastando congojado mi triste corazón en pena tanta, y mi pie fatigando, vagabundo, tiempo, que siglos son; selva, que es mundo! |
Respuesta a Sor Filotea de la Cruz de Sor Juana Inés de la Cruz
Desde que me rayó la primera luz de la razón, fue tan vehemente y poderosa la inclinación a las letras que ni ajenas aprehensiones (que he tenido muchas) ni propias reflejas(que he hecho no pocas) han bastado a que deje este natural impulso que Dios puso en mí.
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Gregorio Samsa es un ...