Blanca de Silvia Sancho
Ese es el riesgo que se corre al ir con un globo cargado de ilusiones por un mundo lleno de personas que sujetan su vida con alfileres. Blanca.
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Blanca de Silvia Sancho
Ese es el riesgo que se corre al ir con un globo cargado de ilusiones por un mundo lleno de personas que sujetan su vida con alfileres. Blanca.
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La aventura de soñar despiertos de Silvia Sancho
Crecer es una trampa. Te toca aprender a vivir con la cabeza sobre los hombros. Prefiero seguir jugando a improvisar.
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La aventura de soñar despiertos de Silvia Sancho
[...] palabras textuales de ella: «Sergio no es guapo, pero es capaz de carbonizarte al instante la ropa interior que llevas puesta, la que guardas en el cajón y la que tienes pensado comprarte durante el resto de tu vida» Debo reconocer que semejante poder ígneo me provocaba, al menos, cierta curiosidad morbosa.
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El verano que aprendimos a volar de Silvia Sancho
Me prometí que no te iba a escribir. Que iba a respetar tu descanso. Que iba a ir al cumpleaños de Anita y ni la iba a felicitar de tu parte. Que saldría con la panda de cabrones que tengo como amigos y no les daría la chapa hablando de ti. Que no me pasaría el domingo por la tarde escuchando a Mr. Clementine tirado en la cama. Que no contaría las horas. Que no le gritaría al reloj. ¿Me devuelves mi fuerza de voluntad, por favor? |
Blanca de Silvia Sancho
Sigo sin saber cuál es mi superpoder. Lo único que tengo claro es que me siento como un superhéroe cuando te hago sonreír.
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La locura de saltar contigo de Silvia Sancho
[...] —¿Te dolía mucho? —Un poco. En caliente no era exagerado, pero me chutaron de lo lindo porque, por lo visto, estaba rozando la histeria. —Bonita palabra —dijo con ironía—. La misma que llevan utilizando los misóginos del mundo décadas y décadas para calificarla exaltación emocional femenina. |
La locura de saltar contigo de Silvia Sancho
También me contó lo que era para él: el espejo de sus sueños, la sonrisa reflejada en una corriente de agua, el amor que puede y espera durar, lo que recordará hasta el día que muera. Y yo supe, agarrada de su mano, que nuestro salto ya no tenía vuelta atrás. Ni la quería.
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La locura de saltar contigo de Silvia Sancho
¿Pretendes que lo deje pasar y ya está? -Pretendo que me des mi espacio. - ¡Es tuyo! No tengo que darte nada. Solo necesito saber qué cojones te ha pasado para poder ayudarte. - ¿Y si no puedes? - Buscaré a alguien que lo haga. |
El verano que aprendimos a volar de Silvia Sancho
—Sé la imagen que doy. Y sé que suena trillado lo de que en realidad no soy así, pero, en realidad, no soy así. Es una pose. Postureo puro. —¿Una coraza? —Más bien... una máscara. —Para tapar ¿qué? —Lo que todavía duele, Lara. |
La aventura de soñar despiertos de Silvia Sancho
—Siempre es así. Procuro estar siempre en movimiento. —Perdió la mirada en la ventana—. Pero hoy... Hoy no. Hoy solo me apetece ver la lluvia. Acompañado. De ti. —Giró la cabeza hacia mí—. Puto Pablo Alborán.
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?