Escrito en la piel del jaguar de Sara Jaramillo Klinkert
“Su vida parecía ser una sumatoria de ausencias que no le dejaban otra opción que ejercer el oficio de la búsqueda”.
|
Escrito en la piel del jaguar de Sara Jaramillo Klinkert
“Su vida parecía ser una sumatoria de ausencias que no le dejaban otra opción que ejercer el oficio de la búsqueda”.
|
Escrito en la piel del jaguar de Sara Jaramillo Klinkert
“Se detiene a medio camino y mira todo de nuevo con la intensidad con la que se miran las cosas por primera vez. Necesita entender cómo algo tan sencillo puede albergar tanta belleza. Se asoma hacia abajo y comprueba que todo es arena. Al frente, inmenso, está el mar. Se pone a mirarlo preguntándose si acaso él también está mirándola a ella”.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Te mato con palabras porque son la única arma que poseo. Te mato porque estoy cansada de intentar mantenerte vivo en mi cabeza. Te mato para que puedas vivir en este libro. Tu ausencia es como un hueco que nunca se llena, un hueco vacío que no quiero seguir mirando porque eso es algo que he hecho hasta cansarme. Es hora de mirar hacia otra parte. No pongas a prueba mi puntería, no permitas que este sea otro intento fallido, necesito que te mueras de nuevo. Y asegúrate de que esta vez sea para siempre.
|
Donde cantan las ballenas de Sara Jaramillo Klinkert
Espero que mi cuarto esté así de enmarañado, cariño. Adoro las plantas. En especial las que alejan las pesadillas y los problemas. Sobre todo, esas. Las que alejan los problemas..., espero encontrar algunas por acá
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
No era un hombre de silencios, mi padre, todo lo contrario, se sabía todas las palabras del mundo y, cuando no le alcanzaban, se inventaba las suyas propias. Hablar con él era toda una experiencia, le parecía a uno que el mundo se iba inventando a medida que nombraba las cosas. Mencionaba lugares que no aparecían en los mapas y esos lugares se nos plantaban en la mente con la misma firmeza que si hubiéramos pasado allí las vacaciones.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Uno conoce un lugar en la medida en que conoce sus ruidos y yo ya no reconocía ninguno.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
El silencio es algo que se teje y se entreteje igual que una araña hace su red. Nadie sabe lo que pesa el silencio hasta que lo lleva por dentro. Nadie sabe el ruido que genera, lo que aturde, lo que remueve.
|
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Los libros era lo único que quedaba de mi deseo original y me entregué a ellos como a quien no le queda nada más en que refugiarse. Empecé a sufrir de insomnio y, a menudo, me sorprendía la salida del sol con un libro todavía entre las manos. Por lo menos estaba cumpliendo mi deseo de leerme todos los libros del mundo. Si alguna vez quise morirme, deseché la idea de solo pensar que los muertos no pueden leer. Y mientras más leía, más me daba cuenta de todos los que me faltaban. Era cosa de nunca acabar, necesitaría nacer mil veces más para poder hacerlo. Los libros me salvaron la vida.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
La noche no se había tragado al mundo, todo seguía en su sitio. Incluida la mamá, que de repente apareció a mi lado. Había bajado hasta la cocina al sentir ruidos. Como siempre, me preguntó qué me pasaba. Y me pasaban tantas cosas que no pude decirle ninguna.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Hacía la noche todos dormían y yo quieta en mi cama, esperando el turno de ser devorada. Los ojos fijos en el techo y los dedos cruzados para que la luz encendida de mi cuarto mantuviera la noche a raya.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
La noche era un monstruo hambriento, capaz de tragarse el sol.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
llorar es un lujo que las mamás no pueden darse en ciertos momentos.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Me sabía el nombre de todas las flores del jardín y de todos los árboles. Construía ciudades enteras en el arenero con murallas y fosos de agua. A veces eran atacadas por dragones. Otras veces por dinosaurios.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Me di cuenta de que esa espiral de deseos que nos hace humanos es la que nos hace tan desdichados. No disfrutamos el presente por andar pensando que lo mejor está en otra parte, siempre en otra parte. Nunca con uno, siempre en otra parte.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Mi madre no es lo que parece. Su presencia es contradictoria como las lluvias en la selva, que dan la sensación de estar cayendo de abajo hacia arriba y hacen charcos en los que el agua se aprieta para que las nubes puedan mirarse en ellos.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Los pájaros no pueden mirar atrás, supongo que necesitan hacerlo hacia delante para poder volar sin estrellarse contra los ventanales. Y sin embargo, se estrellan, porque hay que estar vivo para estrellarse alguna vez.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
Cuando baja de la nube lo hace como la lluvia que se derrama sobre el campo: abarca mucho, pero no se queda en ninguna parte. Solo lo justo para saciar la sed de los árboles. Se escapa entre los dedos y se desborda si llega a acumularse. No existe un recipiente que lo contenga. Se evapora para volver a las nubes a inventar mundos de colores por los cuales pasear sus tormentos.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
De seguir así, creo que algún día voy a olvidar las razones por las cuales empecé a reírme. Olvidaré que estuve triste por esa manía de imponerme lo contrario.
|
Cómo maté a mi padre de Sara Jaramillo Klinkert
La gente pensaba que lo estábamos superando muy bien, pero la ausencia es un hueco sin final. Se olvida a ratos, pero no se supera.
|
¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?