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Maldita eternidad de Renée Ahdieh
Te he amado en mis dos vidas. Te amaré en todo lo que esté por venir
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Maldita eternidad de Renée Ahdieh
Te he amado en mis dos vidas. Te amaré en todo lo que esté por venir
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Maldita eternidad de Renée Ahdieh
Lo que más importa es quién eres. Te he visto en tu mejor y en tu peor momento. Y me pareces precioso bajo cualquier luz.
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Hermosa eternidad de Renée Ahdieh
No le temo a la muerte, Sébastien Saint Germain. Ni tampoco te temo a ti. Tú eres quien debería temerme a mí.
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Maldita eternidad de Renée Ahdieh
Puedes decir que quieres que me vaya. Pero tus ojos me piden que me quede
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La ira y el amanecer de Renée Ahdieh
Algunas cosas existen en nuestras vidas solo durante un breve momento y debemos dejarlas ir para que iluminen otro cielo.
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Hermosa eternidad de Renée Ahdieh
Confíe en esta lección que aprendí hace mucho tiempo: la ira es momentánea. El arrepentimiento es para siempre
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Hermosa eternidad de Renée Ahdieh
(…)Dime algo, Odette, ¿por qué debemos usar corsés hasta para comer? —Porque los hombres disfrutan de tenernos enjauladas a todas horas —Odette hizo girar el vino en la copa—. Así estamos contenidas. Tienen miedo de lo que sucedería si fuéramos libres. |
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Hermosa eternidad de Renée Ahdieh
Las multitudes me fascinan. Ofrecen ciertas oportunidades únicas a los demonios como yo. Nos permiten ser visibles e invisibles a la vez. ¿Acaso no estamos siempre —tanto humanos como criaturas— fingiendo en cierta medida?
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La rosa y la daga de Renée Ahdieh
Fue porque eran dos partes de un todo. Él no le pertenecía. Y ella no le pertenecía. Nunca se trató de pertenecer a alguien. Se trataba de pertenecer juntos.
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Maldita eternidad de Renée Ahdieh
Mi padre mortal solía decir que la ira y el miedo son dos caras de la misma moneda. Ambos hacen que nos comportemos en contra de nuestra naturaleza.
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¿Quién escribió la saga?