Escrito en las estrellas de Raquel Silva
No me lo podía creer, era un completo cretino. Pensaba que solo era un chulo egocéntrico que se creía el mejor partidazo del mundo, pero no, también era gilipollas.
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
No me lo podía creer, era un completo cretino. Pensaba que solo era un chulo egocéntrico que se creía el mejor partidazo del mundo, pero no, también era gilipollas.
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
Las cosas en la vida no se regalan, sino que hay que luchar duro por ellas.
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
La comida es uno de los grandes placeres de esta vida y, si hay que morirse, mejor hacerlo comida.
|
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
Nunca sabes cuando las nubes grises de la ciudad de Peter Pan pueden dejar caer alguna llovizna.
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
En un rincón de la estancia seguía el mullido sillón que mi padre compró cuando yo tenía ocho años para que me sentara a leer mientras él trabajaba en sus casos. No puedo ni contar a cuántos lugares he viajado en ese sillón. Cogía un libro, me sentaba allí, y me perdía entre las páginas de ese mundo de papel.
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
Voy a matarte, hacerte pedazos y enterrar tus huesos a tal profundidad que ni los paleontólogos serán capaces de encontrar tus restos.
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
Pero no se rendía. Intentaba buscarme citas por doquier. Deseaba que yo también encontrara a mi príncipe azul. Uno que no destiñera.
|
Escrito en las estrellas de Raquel Silva
Un amor real, forjado con sinceridad, confianza y respeto, con unos cimientos que ni el huracán más devastador podría destruir.
|
El vuelo de las Perseidas de Raquel Silva
[...] el hogar se halla en un abrazo, en un beso o una simple mirada. El hogar es amor, cariño y comprensión y se construye en el lugar donde tus sentimientos viven.
|
|
El vuelo de las Perseidas de Raquel Silva
Y así fue como, mientras cruzaba el cielo la primera de las Perseidas que veía en años, pedía el deseo más profundo de su corazón.
|
El vuelo de las Perseidas de Raquel Silva
Su mente le gritaba que estaba jugando con fuego, que tratara de disfrutar de unos días con sus abuelos y olvidara a aquel chico con el que solía contar las estrellas y ver el vuelo de las Perseidas en las noches de agosto. El pasado es pasado, y ahí debía permanecer.
|
El vuelo de las Perseidas de Raquel Silva
Helena adoraba los pequeños regaños entre sus abuelos. El amor que se sentían el uno por el otro seguía intacto. [...] Cuando su nieta los observaba, no era capaz de evitar pensar que, a veces, el amor es para siempre.
|
Gregorio Samsa es un ...