Tú y yo vamos a tener más que palabras de Norma Estrella
La amabilidad siempre brilla más en los momentos más oscuros.
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Tú y yo vamos a tener más que palabras de Norma Estrella
La amabilidad siempre brilla más en los momentos más oscuros.
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El río de las palabras susurradas de Norma Estrella
Fernando había tratado de hacer entender a su hermano que los libros, ya fueran novelas o recopilatorios de poesía, eran objetos mágicos, ventanas que permitían asomarse al alma de los autores, que vertían en ellos sus miedos más secretos, sus anhelos más íntimos, sus esperanzas más remotas... Y eso les confería una magia muy poderosa.
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El río de las palabras susurradas de Norma Estrella
De madrugada, viendo salir el sol desde la ventana de su dormitorio, se dio cuenta de que sólo había una opción posible: luchar por sus sueños.
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Cien noches en Andrómeda de Norma Estrella
A veces me pregunto qué parte de mis ideas son propias y qué parte ha sido instalada en mi cerebro a base de vallas publicitarias, anuncios de tele, radio, internet...
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La tentación según Mateo de Norma Estrella
En todos los países hay política limpia y política sucia. La limpia ayuda a que la gente viva mejor; la sucia, la destruye.
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La tentación según Mateo de Norma Estrella
Sintió un escalofrío. Y si él, que era buen nadador y adoraba el mar, sentía miedo, ¿qué debían sentir las personas que subían una barca endeble y abarrotada sin saber nadar?
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La tentación según Mateo de Norma Estrella
—Di que sí. Hay que luchar por las cosas importantes.—Sofía alzó su batido—. Brindemos. —¡Por el amor! —empezó Casta. —¡Por la amistad! —añadió Mahra. —¡Por la familia! —brindó YingYing—. Y por vosotras, mis hermanas. |
La tentación según Mateo de Norma Estrella
—En el mar no hay ciencias ni letras. Un marino es lo más parecido a un hombre del Renacimiento, tiene que saber de todo. Ha de conocer las estrellas, las mareas, los eclipses.. pero también las leyes y costumbres de los puertos donde desembarca.
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La tentación según Mateo de Norma Estrella
Tuvo la agradable sensación de que el invierno del rechazo llegaba a su fin y con el deshielo llegaba la primavera de la aceptación. Era una sensación increíble.
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Cien noches en Andrómeda de Norma Estrella
(…) Sintió que ella estaba llamando a las puertas de su corazón. No hacía falta. Se habían abierto ya. |
Cien noches en Andrómeda de Norma Estrella
(…) dijiste que ningún hombre te había hecho daño. Eva ladeó la cabeza. —Pues perdona que te diga, pero deducir de eso que soy bollera es tener una mente muy imaginativa. Él la miró con desconfianza. —¿No lo eres? Eva se encogió de hombros. —Adoro los donetes, pero esos son los únicos bollos que me como. |
Cien noches en Andrómeda de Norma Estrella
«Tres meses encerrada con un tipo demasiado guapo para mi salud mental, que no puede disimular que no le hace ninguna gracia trabajar conmigo, pero que cuando tiene un culo delante, se le van los ojos. ¿Qué podría salir mal?»
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Cien noches en Andrómeda de Norma Estrella
Edu alzó una ceja y al cabo de un momento alargó la mano. —¿Que gane el mejor? Eva dudó unos instantes, pero luego se la estrechó con decisión. —Vale, pero te advierto desde ya que va a ser LA mejor y no el mejor. Él le acarició la parte interna de la muñeca con el meñique y Eva sintió que una descarga eléctrica la recorría de arriba abajo. —Pórtate bien, Eva, que vamos a tener que pasar muchas horas juntos a partir de ahora. —Edu no pudo resistir la tentación de provocarla antes de salir de la sala. Eva lo siguió y se dirigió a su mesa, tratando de disimular el estremecimiento que le había producido. A medio camino, él se detuvo y la miró por encima del hombro. En el brillo de su mirada había pasión, eso era innegable, pero ¿se trataba solo de pasión por la tecnología? —Yo siempre me porto bien —replicó, tratando de sonar como una tipa dura y fracasando estrepitosamente—. Pórtate bien tú. Él se echó a reír. |
Cien noches en Andrómeda de Norma Estrella
Eduardo alzó una ceja y ella le señaló a su espalda con la barbilla. —No me jodas —murmuró Eduardo. «Porque no querrás». —Eva abrió mucho los ojos—. «No lo he dicho en voz alta, ¿verdad? ¿VERDAD?» |
Cien noches en Andrómeda de Norma Estrella
Pero lo que importaba no eran los miedos y las carencias que hubieran marcado sus vidas en el pasado. Lo importante era lo que hicieran a partir de ese instante.
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El río de las palabras susurradas de Norma Estrella
—Podría llamarla, pero eso sería vivir la vida en prosa y hace tiempo que me lancé en brazos de la poesía.
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El río de las palabras susurradas de Norma Estrella
—Es una metáfora perfecta de la humanidad —comentó Elías, encantado con el entusiasmo de su amiga—. Dos ríos aparentemente incompatibles, de durezas y temperaturas distintas se funden en un solo, creando el río más grande del mundo. No es fácil, ambos se resisten a perder su identidad durante varios kilómetros, creando ese espectáculo único, pero el mestizaje siempre acaba ganando la partida.
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El río de las palabras susurradas de Norma Estrella
años. Si algo tiene la adolescencia es que quien la adolece es incapaz de ver más allá, ya que no hay nada más inconcebible para un adolescente que imaginarse como adulto. Todo es muy intenso y todo es para siempre. Cuando se disfruta, uno es el rey del mundo, pero cuando se sufre… Ay, no hay sufrimiento como el de los diecisiete.
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El río de las palabras susurradas de Norma Estrella
Para ser una auténtica diva, hay que haber pasado hambre. De algún tipo: de comida, de afecto, de libertad... Solo así se puede dar a las cosas el valor que tienen.
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El río de las palabras susurradas de Norma Estrella
«La vida sabe lo que se hace. Es amiga de los sementales, no de los poetas, porque sabe que, si dependiera de nosotros, se extinguiría en cuatro días.»
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El retrato de Dorian Gray