La voz de Archer de Mia Sheridan
—Date un respiro. Mira todo lo que has logrado ya. Mira quién eres a pesar de todo lo que tenías en contra.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
—Date un respiro. Mira todo lo que has logrado ya. Mira quién eres a pesar de todo lo que tenías en contra.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
Era como si mi cuerpo fuera un instrumento y hubiera aprendido a tocarlo tan bien que la melodía vibraba dentro de mi alma.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
Sabía mejor que nadie que si no estabas dispuesto a hablar de algo, nadie debía tratar de obligarte.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
—Cualquier persona puede aprender lo que quiera. Es cuestión de tiempo.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
—Ellos no saben quién eres, Archer. Ni se lo imaginan. Y no tienen derecho a saberlo. No dejes que te afecten.
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La promesa de Grayson de Mia Sheridan
"A veces nos encontraremos a mitad de camino, pero otras seré yo el que vaya hasta tí."
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La voz de Archer de Mia Sheridan
— Amar a otra persona implica que puede hacerte daño. Se puede evitar la posibilidad de sufrir, sí…, pero ¿acaso no merece la pena correr el riesgo? ¿No vale la pena darle una oportunidad?
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El dilema de Travis de Mia Sheridan
Travis Hale tenía capas como una cebolla. Y sabía escuchar. Poseía la capacidad de reírse de sí mismo y de aceptar las burlas de buen grado, lo que significaba que guardaba en su interior al menos de una pizca de humildad. Era un policía de pueblo que, obviamente, se sentía muy orgulloso de su lugar natal, pero también era importante para él formar parte del grupo «de los guays». Era el hombre más viril que una se podía imaginar, y, sin embargo, llevaba en brazos a una gata discapacitada de un lado a otro, porque verla luchar para ir de una habitación a otra detrás de nosotros le había hecho sentirse obligado a ayudarla. Sí, sin duda poseía muchas capas. Maravilla de maravillas.
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El dilema de Travis de Mia Sheridan
El beso era tan natural como la subida y bajada del agua a nuestro alrededor, tan esencial como el cielo, tan ardiente como el sol
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El dilema de Travis de Mia Sheridan
Uno de los dos tiene que ser el primero en poner su corazón en juego
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La voz de Archer de Mia Sheridan
—Estoy aquí para ti. Estoy aquí gracias a ti. Estoy aquí porque me viste no solo con los ojos, sino con el corazón. Estoy aquí porque tú querías saber lo que tenía que decir y porque tenías razón… Todo el mundo necesita tener amigos.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
Trajiste contigo el silencio. Y era el sonido más hermoso que había oído. Porque era donde tú estabas.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
—No tenía nada que averiguar. Ya sabía que el día que entraste en mi casa perdí mi corazón. Y no, no podría haber sido ninguna otra chica, porque debías ser tú. Mi corazón es tuyo, Bree. Y, por si te lo estabas preguntando, no quiero que me lo devuelvas.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
A la gente no le ocurren cosas malas porque lo merezca. Sencillamente, la vida no funciona así. Simplemente es… eso…, la vida. Y no importa lo que seamos, tenemos que aceptar lo que nos ha tocado, a pesar de que sea malo, y hacer todo lo posible para seguir adelante, para seguir amando. Tener esperanza en que cambiará…, tener fe en que existe un propósito para el camino
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La voz de Archer de Mia Sheridan
Vuelve a mí. Bree. Te echo tanto de menos que es como si me faltara un trozo.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
Te mereces algo mejor de lo que yo puedo ofrecerte. Pero me duele todavía más pensar en dejarte marchar.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
—Amar a otra persona implica que puede hacerte daño. Se puede evitar la posibilidad de sufrir, sí…, pero ¿acaso no merece la pena correr el riesgo? ¿No vale la pena darle una oportunidad?
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La voz de Archer de Mia Sheridan
Quiero ser capaz de amarte más de lo que temo perderte, y no sé cómo. Enséñame, Bree. Por favor, enséñame. No dejes que esto me destruya.
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La voz de Archer de Mia Sheridan
Lo peor de todo era que yo la amaba con ferocidad, con todo mi corazón, incluso con las partes rotas, incluso con las que no eran dignas de ella y no tenían valor. Y quizá esas fueran las más numerosas.
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