El dilema de Travis de Mia Sheridan
Travis Hale tenía capas como una cebolla. Y sabía escuchar. Poseía la capacidad de reírse de sí mismo y de aceptar las burlas de buen grado, lo que significaba que guardaba en su interior al menos de una pizca de humildad. Era un policía de pueblo que, obviamente, se sentía muy orgulloso de su lugar natal, pero también era importante para él formar parte del grupo «de los guays». Era el hombre más viril que una se podía imaginar, y, sin embargo, llevaba en brazos a una gata discapacitada de un lado a otro, porque verla luchar para ir de una habitación a otra detrás de nosotros le había hecho sentirse obligado a ayudarla. Sí, sin duda poseía muchas capas. Maravilla de maravillas.
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