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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
“Una cosa podía estar en ruinas y, aun así, ser perfecta”
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Calificación promedio: 5 (sobre 12 calificaciones)
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
“Una cosa podía estar en ruinas y, aun así, ser perfecta”
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
Todos pensaban que lo de Hitler era una moda alemana pasajera, que no sucedería en Austria, que Austria había capeado el asesinato del canciller Dollfuss y el intento de golpe de estado nazi tres años atrás, y capearían esto también. Además, la gente tenía negocios que dirigir, niños que criar, fiestas a las que asistir, retratos para los que posar y arte que comprar.
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
Era sorprendente lo bien organizado que estaba todo aquello, cuántas banderas, latas de pintura, brazaletes y globos —¡globos!— habían aparecido en Viena de un día para otro, para celebrar aquel momento que los alemanes querían que el mundo viera como un levantamiento espontáneo desde dentro de Austria.
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
—Quizá esta sea la razón por la que Dios no ha querido que tuviésemos hijos, Joop —le dijo ella—. Porque existiría esta necesidad mayor, la oportunidad de salvar a muchos más. Tal vez Dios nos haya ahorrado la carga de tener que arriesgarnos a dejar huérfanos a nuestros propios hijos.
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
Un chico que solía sentarse en primera fila en clase ahora se sienta al final, detrás de una línea amarilla. Sabe la respuesta que está buscando el profesor, pero levantar la mano solo provoca ridículo. Da igual que sus respuestas sean correctas, porque al final estarán mal.
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
Confiar. Hasta el día en que Dios se digne descifrar el porvenir al hombre, toda la sabiduría humana estará resumida en dos palabras: ¡Confiar y esperar!, había escrito Alejandro Dumas en El conde de Montecristo.
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
Eichmann escribió en el informe: Nuestro objetivo no es que el capital judía se transfiera desde el Reich, sino más bien provocar que los judíos que no tienen medios emigren.
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
La paradoja de Russell es aún más interesante: ¿el conjunto de todos los conjuntos que no forman parte de sí mismos forma parte de sí mismo o no? ¿Lo entiendes?
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
Se quedó mirando el vacío del caos que había dejado a su paso, las llamas por toda la ciudad y los vítores de la multitud, los mudos camiones de bomberos.
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El último tren a la libertad de Meg Waite Clayton
—¿Stefan Zweig está aquí? —preguntó Stephan. —Estaba en el Café Central hace menos de treinta minutos, hablando sin parar —respondió su tío Michael. |
Son considerados los padres de la filosofía occidental: