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No todo el mundo de Marta Jiménez Serrano
Yo no creo en la pareja, pero creo en ella. Ella cree en la pareja, pero no cree en mí. Este es, a gran diferencia, el peor vino que he tomado nunca.
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No todo el mundo de Marta Jiménez Serrano
Qué relevancia tiene lo que uno siente, qué derechos otorga, qué ventajas o qué privilegios. Qué cambia en el mundo porque uno sienta algo.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
No hay nada más triste que un tiovivo parado. Nada quieto tiene sentido alguno. Para seguir centrado hay que moverse. Para moverse hay que cambiar de idea.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Lo bueno de no tener quince años es la seguridad adquirida. Lo malo de no tener quince años es que los miedos son fundados.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Ser hijo en familia numerosa es reivindicar constantemente tus derechos, antes de que se los lleve otro. La última croqueta. La atención de mamá. El mejor asiento. La atención de papá.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Esto se va a pasar. Te lo prometo. Un día será ese día que te has imaginado, un día serás mayor y dirás: "Oh, sí Carlos, aquel chico con el que estuve", y será verdad. Para llegar a esa frase, tendrás que pasar por otras. No hay atajos en esto.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Mamá nunca se enfada, nunca está cansada, nunca está triste, nunca tiene miedo. O sea: mamá se traga su enfado a menudo, mamá ignora su cansancio con perseverancia, mamá intenta mostrarse alegre contigo, mamá no quiere transmitirte sus miedos.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Hay más mundo: se cuela por la tele. Te resulta extraño que tantas cosas hayan empezado sin ti, y haces un esfuerzo por coger el ritmo y estar ya en la vanguardia de los acontecimientos.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Pero un día vas a creer que el amor es eso: compartir un espacio haciendo cosas distintas.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Desde el día en que naciste se convirtió en tu abuela y aún no está muy claro si la obedeces tú a ella o ella a ti. Tú crees que la obedeces a ella, pero desde fuera no es tan evidente.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Aún no lo sabes, ahora solo miras fijamente Oliver y Benji mientras masticas. Pero un día vas a creer que el amor es eso: compartir un espacio haciendo cosas distintas
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
No entiendes tu soledad. Buscas una complicidad que no encuentras. No sabes que se llama complicidad porque te faltan los nombres de muchas cosas. Son muchas las palabras y tú solo tienes siete años, es normal. Sí conoces algunas, claro: merienda, trampolín, albaricoque, abuela. Tu abuela, desposeída de su nombre para ser solo tu abuela. Tu abuela, que se sabe pocas palabras, pero se las sabe bien: Pan. Hogar. Orfandad. Amor.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Tienes que ser tú –¿no lo ves?– el centro en torno al que gire todo, el coche, la carretera, la ciudad, el mundo entero. El centro que genere el movimiento. Ser la peonza que un niño lanza para después retirarse y mirarla a una distancia prudencial dejándoles el espacio que necesita para moverse disfrutándola sin intervenir. Girar es el único modo de no caerse. Ser la pella que el alfarero presiona para centrar en el torno, y solo al sellarla en el centro es capaz con sus manos de moldear el barro, manchándose hasta el codo. Girar es el único modo que tiene de formarse. Ser el tiovivo eufórico, borroso, luminoso, cuyo sentido está en el giro circular de sus caballitos de colores. Girar eses la única alegría que conoce. No hay nada más triste que un tiovivo parado. Nada quieto tiene sentido alguno. Para seguir centrado hay que moverse. Para moverse hay que cambiar de idea.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
Al parecer hubo un tiempo en que la gente tenía trabajos y maridos que duraban toda la vida. A mí lo único que me dura toda la vida son los amigos. Esos amigos que han cargado las cajas de todas mis mudanzas.
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Los nombres propios de Marta Jiménez Serrano
El amor –pero no puedo explicárselo si me besa– es saber quién es el otro a pesar de lo que los demás creen que es, a pesar de lo que él mismo dice ser.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?