El crimen del ganador de Marie Rutkoski
Niégalo todo hasta que los dioses acaben contigo. Pero no puedes decir que no te conozco.
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El crimen del ganador de Marie Rutkoski
Niégalo todo hasta que los dioses acaben contigo. Pero no puedes decir que no te conozco.
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La maldición del ganador de Marie Rutkoski
Sabia cómo funcionaban esas cosas: la gente que vive en lugares brillantes no puede ver lo que se oculta en la oscuridad.
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La maldición del ganador de Marie Rutkoski
La felicidad depende de ser libre - solía decir su padre -, y la libertad depende de ser valiente
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El beso del ganador de Marie Rutkoski
Todo prisionero nuevo brilla con una pequeña luz —prosiguió la guardia—. Tu luz parece brillar con más fuerza. Es mejor para todos que se apague.
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El crimen del ganador de Marie Rutkoski
"Si no quieres ser mi amigo, te arrepentirás de ser mi enemigo."- Kestrel
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La maldición del ganador de Marie Rutkoski
Arin sonrió. Fue una sonrisa sincera, lo que le reveló que todas las demás que le había dedicado no lo habían sido.
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La maldición del ganador de Marie Rutkoski
—En la guerra, todo depende de lo que sepas de las habilidades y recursos de tu adversario - le había dicho— Sí, la suerte influirá. El terreno será crucial. Los efectivos son importantes. Pero cómo manejes las fortalezas de tu oponentne seguramente será el factor más decisivo en la batalla.
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La maldición del ganador de Marie Rutkoski
Sabía cómo funcionaban esas cosas: la gente que vive en lugares brillantes no puede ver lo que se oculta en la oscuridad.
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La maldición del ganador de Marie Rutkoski
Entonces le costó mirarlo, así que bajó la vista hacia el semental que montaba. Abrió los ojos como platos. —¿Has escogido precisamente se caballo? —Es el mejor —contestó él con seriedad. —Es el de mi padre. —No se lo tendré en cuanta al pobre animal. |
La maldición del ganador de Marie Rutkoski
Ojalá Arin no hubiera elegido, precisamente, música para flauta. La belleza de la flauta radicaba en su simplicidad, en su parecido a la voz humana. Siempre sonaba cristalina. Sonaba individual. El piano, por el contrario, era una red de partes. Era como un barco: las cuerdas eran las jarcias; la estructura, el caso, y la tapa levantada, la vela. Kestrel siempre había pensado que el piano no sonaba como un instrumento único, sino como uno doble cuyos altos y graves se fundían o se separaban.
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Gregorio Samsa es un ...