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Mirafiori de Manuel Jabois
A esas alturas, lo único que podía hacer era contemplar la belleza estática del mundo que empezaba a moverse despacio, poco a poco, para rodearme; la belleza del azar, de las preguntas sin respuesta; la belleza del mundo del medio, donde todo lo que es posible que ocurra, por mínima que sea la probabilidad, ocurre.
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Mirafiori de Manuel Jabois
La amabilidad es la kryptonita de la gente que odia: no sabe reaccionar a ella, se bloquea, se enfada consigo misma.
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Mirafiori de Manuel Jabois
Habíamos hecho algo aún más doloroso que empezar a desenamorarnos: perder la confianza, no atrevernos a decir según qué por si al otro le molestaba, no atrevernos a hacer según qué chiste por si el otro no lo entendía o, peor, fingía no entenderlo, abriendo una distancia incómoda por desconocida, la más abismal que existe, la de quienes antes eran inseparables.
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Mirafiori de Manuel Jabois
La ficción sirve para todo, lo primero para mentirte y considerar que lo contado solo ocurrió en tu cabeza, que no llegó a salir nunca de ella. ¿Cuántas novelas en realidad no lo son? Escribir una verdad y tranquilizar al mundo diciéndole que es mentira: mentir dos veces.
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Mirafiori de Manuel Jabois
Hay todo un género de preguntas que deben formularse mientras haces otra cosa, no como si no te importasen, sino para templar los nervios.
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Mirafiori de Manuel Jabois
"Dejar de llegar" significa que un día llegabas, y ya no; morir es que nunca habías muerto, y ahora te has puesto a ello.
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Nos vemos en esta vida o en la otra de Manuel Jabois
Ese día nada era normal, nada. Y nadie volvió a ser el mismo desde el instante de las explosiones. Alguien había cambiado Madrid para siempre, había pasado algo muy horrible.
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Nos vemos en esta vida o en la otra de Manuel Jabois
[…] la normalidad, cuando no es consciente de su distorsión, lleva al horror de forma natural.
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Miss Marte de Manuel Jabois
El bellísimo esfuerzo que hacía para no estar loca, el ejercicio tortuoso que se aplicaba a sí misma para estar bien.
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Miss Marte de Manuel Jabois
La mirada a la deriva de quien se ha cansado de esforzarse en no estar loca tras años de lucha armada.
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Miss Marte de Manuel Jabois
El camino más corto para olvidar un cuento de terror es convertirlo en un cuento infantil.
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Miss Marte de Manuel Jabois
La luz de los mundos que se extinguen despacio y se esfuerzan por dejar el mejor recuerdo antes de apagarse del todo, la décima de segundo en la que se enseña todo lo bueno y sagrado que hubo en el mundo e incluso aquello que habría sido posible de continuar con vida.
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Miss Marte de Manuel Jabois
Las amistades soportan confesiones y secretos, pero jamás soportan la duda. Se toma distancia tanto si se prefiere saber como si se prefiere no saber.
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Miss Marte de Manuel Jabois
Las amistades soportan confesiones y secretos, pero jamás soportan la duda. Se toma distancia tanto si se prefiere saber como si se prefiere no saber
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Miss Marte de Manuel Jabois
«No nos dijisteis cómo os llamabais»,. La chica que había fumado, alta y muy delgada, morena de pelo largo, la más callada y triste, dijo «Rebeca y la chica a la que una guapa de instituto le había robado el novio sonrió de una forma divertidísima, entornando los ojos: «Miss Marte».
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Miss Marte de Manuel Jabois
«Yo no les pedí a mis hijos que sacasen buenas notas, ni que no fumasen ni que hostias; yo les pedí que tuviesen buenos amigos. Porque al final tus hijos no van a ser lo que tú quieres que sean, sino lo que quieren sus amigos. Un chaval a los trece años no quiere impresionar a su padre, quiere impresionar a su clase, y cuidado con eso», dijo. «Todos los amigos de Rita y Delfin, por ejemplo, eran cocainómanos. Eso era un clamor en el pueblo. Y yo pensaba: "Joder, qué suerte tengo que todos los amigos andan en la cocaína me ellos dos», se echó a reír. «Puedes ser el tipo más listo y avispado en los negocios, pero cuando cruzas la puerta de casa eres tonto sin remedio».
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Mirafiori de Manuel Jabois
Pensaré en que el mayor misterio es el tiempo: el tiempo lo salva y lo destruye todo, y quienes le plantan cara acaban locos o deformados.
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Mirafiori de Manuel Jabois
Descubriré entonces que el paso previo al terror siempre es creer que no existe, el siguiente es asumirlo y aún hay otro más, el definitivo: encontrarle la ternura.
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