Es una historia que da una vuelta de tuerca a lo que significó la Revolución francesa, y que hace de abogado del diablo de lo que siguió después. ¿Fue justo guillotinar a tanta gente? Aquí, con esta novela, se cuestiona con inteligencia esa pregunta, y nos obliga a ponernos en la piel de Mémé, una mujer joven que, a su pesar, es condesa por matrimonio y es acusada, por eso mismo, de ser una enemiga del pueblo. Con la protagonista vivimos esos momentos de incertidumbre en la prisión, su angustia, su miedo ante la futura decapitación. Pero ¿habrá una salida? En ese momento surge en escena Cécile, su doncella. Una sirvienta que en verdad debería formar parte de la plebe sedienta de sangre y justicia. ¿Podrá confiar en ella? No quiero destripar más esta maravillosa novela. Una novela que no se puede dejar de leer hasta el final. Un final que no deja indiferente. Ésta es una novela que va "in crescendo", que es vertiginosa, escrita con brillantez, donde cada frase invita a la reflexión, a pensar en el papel que tenía la mujer en aquella época donde apenas tenían derechos, ni siquiera para expresarse. Simplemente: sorprendente. + Leer más |