Cara de liebre de Liliana Blum
Como dije, no es complicado deshumanizar a alguien. Si solo miras el exterior, te das cuenta que es pura maquinaria, no más que un conglomerado de tendones y cartílago y huesos que mueven pedazos de carne, mientras responden las órdenes de una red neuronal demasiado ambiciosa. Cuando lo ves así, es fácil descartar a la persona debajo de todo aquello. Incluso a alguien que fue un niño alguna vez
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