Todo va bien para Valentina desde que hace dos años dejara a Mauricio y comenzara su historia con Oliver. Todo va bien, hasta que la vida sigue en la Magallanes y se hace, hasta que el pasado vuelvo, como siempre, a tocar las narices. Y este pasado se llaman Mauricio y Cayetana. Cada uno por su parte.
No obstante, antes de meternos en el lío que supone tener vida antes de nuestra situación actual; Laura nos da un pequeño oasis de calma y nos deja disfrutar un ratito de esta historia romántica que terminó con la unión de Valentina y Oliver.
Y es que todo les va bien, Valentina seguirá disfrutando de los cafés en la Brooklyn y de los libros en la Magallanes; seguirá disfrutando de sus amigos, de su romance y todo podría parecer perfecto. Sin embargo, las inseguridades de Valentina, el no saber explicarse de Oliver y ciertas personas del pasado será lo que lleve a que esa estabilidad se tambalee un poco.
Una arpía y un fantasma
La verdad es que ahora que me detengo ante las teclas, me está costando redactar la reseña, ya que no quiero deciros demasiado, a pesar de que tenga ganas de decir «es que tal o cual cosa es super fuerte…». Pero ciñéndome a lo que sí nos cuenta la sinopsis, en esta entrega encontraremos dos personajes clave que serán los que en buena parte pongan las cosas patas arriba.
Por una parte, tendremos a Cayetana, una pija que cree que hasta el aire que respira es suyo, y antiguo conocida de la familia de Oliver. Su oposición a la relación de nuestro protagonista con la prole será patente desde el principio y será el hilo conductor para el desarrollo de la inseguridad de Valentina por las diferencias sociales de Oliver y ella. Un personaje interesante, por cómo es y lo que provoca. No es solo rechazo, sino también la certeza, tal y como ha escrito Laura al personaje de que existe gente así.
Por otro, tenemos a Mauricio, en este caso viejo conocido nuestro y de Valentina. Su participación va a ser muy interesante desde el principio de la novela y será quien nos provoque ese desasosiego, el conflicto entre lo correcto, el cambio y el poder reconciliarnos con el pasado.
Como gran tema, la vida
Sin embargo, más allá del salseo, que está servido y que Laura gestiona muy bien porque no es un salseo retorcido y que repita, encontramos un «personaje» o tema que será el que lleve la batuta en esta novela.
Siempre nos preguntamos qué hay después del happy ending y la respuesta, aunque parece obvia, no siempre nos convence. Lo que hay después es la vida, con sus cosas buenas y sus cosas malas: crecer, evolucionar, desarrollarse, etc. Y todo eso con la compañía de alguien que queremos que encaje.
Así, la obra también nos cuenta cómo cambia la vida de Valentina, cómo su entorno progresa y cómo lo tiene que hacer ella, o cómo quiere hacerlo. También nos habla de la familia como esa constante que está en eso que llamamos vida y cómo nos podemos equivocar con ella y ella con nosotros, cómo podemos formarla y cómo hasta cierto punto podemos elegirla.
Más allá de Valentina
Aunque la historia me ha encantado, porque Valentina es mi nueva amiga, que lo sepáis; lo que más me ha gustado de leer la obra ha sido descubrir a Laura Montalbán y cómo evoluciona su pluma del primer libro al segundo.
En primer lugar, yo destacaría a la autora por su manejo del drama. Estamos acostumbrándonos a una romántica donde si las cosas se tuercen, lo pueden hacer aún más y siempre aparece el personaje o cosa oculta para poner la guinda al pastel. Sin embargo, en Valentina no encontramos esto, porque no es necesario. La vida ya es lo suficientemente puñetera como para tener que retorcerla aún más.
Es verdad que, en este sentido, podemos pensar que la autora nos lleva a situaciones irreales (a ver que no todas tenemos un novio rico), pero al final apela a cuestiones que sí nos son cercanas: tipos estúpidos, conflictos con gente que piensa diferente a nosotros, malas personas, accidentes que destrozan la vida, etc. Y con esto hace que tanto Valentina como el resto de personajes nos parezcan entidades cercanas, a las que podemos comprender y que no sentimos como ajenas.
Para ello nos ha escrito la obra de una manera sencilla, pero no por ello poco elaborada, los personajes tienen sus complicaciones, pero siempre encontraremos un estilo cercano, rápido y ágil, que consigue que con poco consigamos saber escenarios, sentimientos y tensiones. En comparación con la prosa de la primera parte se nota esta más solida, más madura.
Queremos más
De Laura por supuesto, de Valentina, aunque os enamoréis de ella, creo que tenemos el cierre perfecto para su historia de amor.
Sobre la obra, os la recomiendo porque creo que os va a llegar y la vais a disfrutar en cada página, tanto sufriendo como sonriendo. Sobre la autora, deciros que creo que tenemos ante nosotros una autora de romántica de las buenas, de las que nos conquista con poco porque, en realidad, da mucho. Así que espero que os animéis con ella y os dejéis conquistar por los cafés y libros de nuestra querida Valentina.
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