Comandante de Katy Evans
Se acabó. No puedo más. ¿Es posible enamorarse de nuevo del mismo hombre? Porque creo que lo acabo de hacer. Incluso cuando nunca, ni por un segundo, dejé de amarlo.
|
Comandante de Katy Evans
Se acabó. No puedo más. ¿Es posible enamorarse de nuevo del mismo hombre? Porque creo que lo acabo de hacer. Incluso cuando nunca, ni por un segundo, dejé de amarlo.
|
Comandante de Katy Evans
—¿A quién has venido a ver, eh? Dímelo —insiste. Se lo digo. Al presidente de los Estados Unidos. A mi amor. |
Comandante de Katy Evans
—Conocí a una chica maravillosa. ¿Recuerdas que te hablé de ella la última vez que te visité? La dejé escapar. Dejé escapar a la mujer que amo porque no quería que pasara por lo que pasó mamá. Y me he dado cuenta de que no puedo hacer esto sin ella. La necesito. Me hace ser más fuerte. No quiero hacerla sufrir si me toca acabar bajo tierra; no quiero que llore cada noche, como mamá, porque ya no estoy ahí con ella. O que llore porque estoy al otro lado del país, me necesita y se ha dado cuenta de que no estoy en casa. Pero no puedo renunciar a ella. Soy un puto egoísta, pero no puedo hacerlo.
|
|
|
|
Remy de Katy Evans
—No me conoces. No sabes nada de mí. —¡Entonces, cuéntamelo! ¿Crees que te voy a abandonar si me dices eso que no quieres que sepa? —No lo creo, lo sé. —Le sujeto la cara, mis entrañas se agitan dolorosamente mientras miro sus ávidos y frustrados ojos dorados—. Me dejarás en cuanto se vuelva demasiado complicado, y me dejarás sin nada… mientras yo te deseo como no he deseado nada en mi vida. Eres todo en lo que pienso, todo lo que sueño. Me alegro y me deprimo, y todo es por ti, ya no es por mí. No puedo dormir, no puedo pensar, ya no me puedo concentrar en una mierda y todo es porque quiero ser jodidamente tuyo, y en cuanto te des cuenta de lo que soy, ¡solo seré un puto error para ti! —¿Cómo podrías ser un error? ¿Te has visto? ¿Has visto lo que me haces? ¡Era tuya desde el primer momento, maldito idiota! ¡Haces que te desee hasta sufrir y luego no haces una mierda! |
Presidente de Katy Evans
Dios, estoy metida en un buen lío. ¡Céntrate, Charlotte!. No. En su culo, no. Aparto la mirada y me obligo a sonreír mientras me indican dónde se encuentra mi cubículo. |
Presidente de Katy Evans
Estoy decidido a tenerla en mi equipo. Antes incluso de fijarme en ella en la fiesta de inauguración, ya había planeado pedirle a Carlisle que llamara a aquella niña que había conocido, la que había llorado un océano y medio en el funeral de mi padre. La de la carta que releí, por algún motivo, el día en que mi padre murió. |
Presidente de Katy Evans
¿Alguna vez has amado a alguien tanto que te ha dolido? A mí nunca me había pasado… hasta ahora. |
Presidente de Katy Evans
Yo me quedo sentada, lidiando con estas emociones que no puedo reprimir. Quiero hablar con él. Quiero explorar su cerebro. Tengo curiosidad, tengo sed profesional y puede que quiera apretarme contra él accidentalmente una vez más. Para poder olerlo. No, esto último definitivamente no. |
Remy de Katy Evans
Sé que los hombres se ríen de estas cosas. De ser dominado por una mujer. De jadear como un perro detrás de una chica. De desear a una mujer más de lo que te gustaría desearla. Me la suda. Pueden quedarse con su sarcasmo. Yo me quedo con la chica.
|
Remy de Katy Evans
Hay cosas de las que estás seguro. Por las que apostarías tu vida. Cosas que, sencillamente, sabes. Sabes que el fuego te quema. Que el agua te calma la sed. Ella es una de esas cosas; la certeza más incuestionable de mi vida.
|
Mía de Katy Evans
—Te amo con locura, Brooke. —Me sujeta la cara con sus dos manos enorme, preciosas y ásperas—. Te quiero tanto que no sé qué hacer conmigo —dice y me besa la nariz con respiración suave y temblorosa—. Echo de menos todo de ti, desde tu forma de sonreír hasta el modo en que me miras y cómo la cama huele a ti cuando estás conmigo. Te quiero tanto que no lo puedo comparar con absolutamente nada. Las ganas de venir a buscarte y llevarte conmigo me devoran como una enfermedad.
|
Mía de Katy Evans
—No me duele —dice con voz ronca. Después me acerca con la mano en mi culo y posa su mejilla contra la mía—. Tú llorando en mis putos brazos porque te he hecho daño. Eso sí duele. Tú… sin querer tocarme, sin mirarme como solo tú lo haces, con esos adorables ojos alegres. Eso duele. Me duele todo el puto cuerpo y ni una sola parte me duele tanto como el lugar en el que tú me has hecho daño.
|
Real de Katy Evans
Me da un salto el corazón cuando extiendo el brazo y le paso una mano temblorosa por la cabeza. —¿Alguna vez has sido de alguien? —pregunto, un suave susurro en la silenciosa habitación. Sube la cabeza hasta encontrarse con la mía. Lo deseo tanto que me siento consumida, como si se hubiera adueñado de mi alma, y ahora mi alma anhelase que tome también mi cuerpo. Una gran emoción endurece sus facciones cuando extiende el brazo para cubrir mi mejilla con su enorme mano. Hay una inesperada ferocidad en sus ojos, en su tacto, mientras me toca. —No. ¿Y tú? |
Real de Katy Evans
—Cuando te tome, serás mía —dice, una suave promesa en mi oreja. Desliza el dedo a lo largo de mi mandíbula y luego me besa suavemente el lóbulo de la oreja—. Tienes que estar segura de eso. —Sus ojos son tan ardientes que me pongo caliente por la lujuria que hay en ellos, y la palabra «mía» hace que mi sexo se hinche con anhelo—. Primero quiero que me conozcas, y luego quiero saber si todavía quieres que te haga mía.
|
Presidente de Katy Evans
Es triste que no se haga caso a aquellos que sufren hasta que lloran; no se los escucha porque a veces son los que menos ruido hacen.
|
Presidente de Katy Evans
Soy consciente de lo desagradable que es guardar un secreto. Querer gritar algo al mundo, pero, al mismo tiempo, querer protegerlo más que nada. Desear que el mundo no le toque ni un pelo a tu valioso secreto. Que nadie sepa nunca que tu debilidad tiene nombre, un corazón que late y una cara muy conocida. |
Lolita...