La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates
Un hombre tiene una idea cuando te mira. Y tú eres mi mujer y esa idea es mía.
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La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates
Un hombre tiene una idea cuando te mira. Y tú eres mi mujer y esa idea es mía.
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La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates
No es que Tignor quisiera amar a ninguna mujer, pero quería, desesperadamente, que lo amaran.
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La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates
Había una manera de proceder en la vida, comprendió Rebecca. No tenía por qué ser todo al azar e improvisado a medida que se avanzaba.
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La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates
Era bien extraño que se pudiera vivir tan cerca de alguien y no saber de él tanto como otras personas.
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La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates
Rebecca necesitaba adaptarse a una nueva idea de lo que cabía esperar de una familia.
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La hija del sepulturero de Joyce Carol Oates
Algo que Rebecca no lograba entender del todo, era que parecía gustarle su familia, amontonada en aquella casa. ¡Que a Leora, al parecer, le gustaba su vida!
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Un libro de mártires americanos de Joyce Carol Oates
Oscuridad completa en aquel lugar y ni un solo reflejo, incluso de la luz más tenue. Ni siquiera el más vago eclipse de luz, porque no había ninguna. La oscuridad en el rostro del abismo antes de la aparición de la luz en el primer día de la creación, y silencio total, ni el más mínimo soplo, ni de inhalación ni de exhalación.
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Un libro de mártires americanos de Joyce Carol Oates
En mi vida en cuarentena habito siempre en una especie de antesala del crepúsculo, como en un cuadro de Hopper, esa luz débil que se desvanece, la gente moviéndose como maniquíes que apenas parecen respirar, la melancólica tosquedad de un mundo del que no hay escapatoria puesto que el mundo es eso.
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Un libro de mártires americanos de Joyce Carol Oates
Nuestra verdadera vida es interior e inaccesible a la vista.
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Un libro de mártires americanos de Joyce Carol Oates
Como a la mayoría de las chicas, le habían enseñado a sonreir desde muy pequeña. Sonríe a tus mayores, a quienes tienen autoridad sobre ti. Sonríe cuando te asustes. Sonríe si no llegas a oir bien lo que te están diciendo. Sonríe para maifestarte dulce, dócil, cooperativa, incomparablemente bien educada, "buena". Sonríe a los hombres.
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Un libro de mártires americanos de Joyce Carol Oates
Era sorprendente. No salía de mi asombro. Sentí alivio como agua tibia por todo el cuerpo. No ha sido tan malo. Como una vela que alguien apaga. Nunca volveré a tener miedo de morirme.
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Un libro de mártires americanos de Joyce Carol Oates
En ocasiones le dolía el cuerpo mismo al recordar a sus hijos; al recordar la terrible intimidad del embarazo, el parto y la lactancia que tanto la había definido en los primeros años de matrimonio. Ahora su hijo y su hija la miraban con desconfianza.
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El retrato de Dorian Gray