Me quedé gratamente sorprendida con este libro, porque hay ciertas cuestiones que no parecen propias de un texto publicado en 1872. Tal vez es porque tengo en la cabeza la idea de la rigidez en la época victoriana. Pero siempre hay que acordarse de que las apariencias engañan y, también, de que hay mucho material sobre los intentos de escaparse de las imposiciones.
Había leído otros relatos de horror de Le Fanu, así que, cuando me enteré de que él fue uno de los inspiradores para Drácula (el boom vampírico de hace unos años me brindó mucha información nueva) con un cuento sobre una vampiresa, confié. Y no me decepcionó.
Carmilla es siniestro, tan siniestro como otros cuentos del mismo autor, y merece más atención. Le Fanu eligió protagonistas mujeres (Laura y Carmilla) y de temperamentos opuestos (un poco más desarrollado el de Carmilla que el de Laura, por cuestiones obvias) para tejer una relación de amistad que roza el amorío. La imaginación, muchas veces, también se comporta con paradigmas, y la idea de una vampiresa que prefiere víctimas mujeres y no hombres me pareció novedosa para la época. Supongo que también lo habrá sido para los lectores de ese momento, aunque la palabra "escandalosa" revolotea por mi cabeza.
La historia es muy buena y tiene los elementos góticos característicos (castillos, pesadillas, puertas cerradas, cementerios y demás). La escritura no es para nada complicada, así que no hay excusas para no leerlo.
A pesar de lo mucho que me gustó (lo leí en 2 días porque no podía soltarlo), encontré algunos puntos en contra. Uno de ellos es la precipitación de la resolución del final. Pasan muchas cosas en un breve lapso de tiempo y el lector tiene que digerir todo de repente para toparse con la conclusión. El problema que esto trajo (siempre desde mi interpretación, por supuesto) fue la omisión de algunas cosas que a mi me hubiera gustado leer. Laura se muestra casi insensible cuando básicamente se descubre la identidad de la huésped que había alojado en su casa (nunca entendí cómo la gente podía llegar a ser tan hospitalaria con una desconocida... Será que vivo en otros tiempos). No hay registros de sus sentimientos en esos momentos, lo único que transmite es su asombro. Tampoco se llega a saber nada de la mujer que acompañaba siempre a Carmilla y, sinceramente, me hubiera gustado que Le Fanu le diera la palabra a esta última.
Pero no hay que asustarse. Al menos, no por lo que acabo de opinar. Carmilla vale la pena aunque me haya quedado con las ganas de leer más. Hoy en día hay muchas sagas interminables sobre vampiros, pero justo esta historia, que es interesantísima, no tiene continuación.
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